MEDIO SIGLO DEL NARCOESTADO

Sergio Torres

Esta semana se conoció la llamada “lista negra del expresidente Jimmy Carter”, archivos desclasificados que suman una prueba más de cómo el viejo régimen convirtió a Colombia en un Estado mafioso y narcotraficante desde hace más de medio siglo.

Los documentos desclasificados y revelados estaban protegidos por el Archivo Nacional de Seguridad de EEUU, una organización no gubernamental vinculada a la Universidad de Georgetown en Washington D.C. En ellos están reseñados varios funcionarios del Estado colombiano durante la década de 1970, que incluye presidentes, ministros y altos mandos militares, vinculados en actividades e investigaciones por narcotráfico. Dentro de los nombres expuestos, resaltan los expresidentes Alfonso López Michelsen (1974-1978) y Julio César Turbay Ayala (1978-1982), este último recordado por su nefasto gobierno de represión y terrorismo de Estado.

Dentro de los archivos, figuran documentos fechados en 1977 y emitidos desde el Departamento de Estado de EEUU, donde se referencia a Alfonso López Caballero, hijo del presidente Alfonso López Michelsen, en sospechosas actividades de narcotráfico; según el memorando, este diplomático al parecer aprovechaba sus actividades en Naciones Unidas para fines delictivos.

De la misma forma se implica a Julio César Turbay Ayala, según lo revelado, desde que aspiraba a la presidencia ya tenía nexos con mafias del narcotráfico. El informe emitido por organismos de inteligencia norteamericana, señalan a Aníbal Turbay Bernal, sobrino del expresidente Turbay Ayala, en redes de narcotráfico, lavado de activos y transacciones millonarias.

 

Viejo régimen mafioso y narcotraficante

Estas revelaciones son una prueba más de la naturaleza corrupta y criminal del viejo régimen vinculado con la mafia. A partir de esas prácticas construyeron un poder suficiente para su continuidad y crecimiento, eligiendo y comprando los organismos, instituciones y funcionarios de las ramas del Estado, es decir, convirtiendo a Colombia en un narcoestado.

Con esto también se corrobora que Colombia no es ninguna “democracia más antigua de América” como han querido enmascarar al régimen mafioso que ha gobernado durante casi toda la historia republicana. Se sigue cayendo la mentira de la falsa moral y ética de quienes han detentado el poder en Colombia, apoyados, financiados y catapultados desde la mafia narcotraficante.

El viejo régimen construyó un Estado mafioso que desde el poder corrompió todas sus ramas. Desatando así más de medio siglo de persecución, violaciones a los Derechos Humanos y todo tipo de violencia. Es clara entonces la relación entre mafia y terror de Estado, cuando los jefes de la mafia han sido los propios jefes de gobierno.

La resultante de esto ha sido el impulso de la resistencia popular, tanto para responder legítimamente, como para enfrentar sus embates e intenciones de sometimiento total.  Queda claro que la respuesta popular surgida también durante mediados del siglo XX, tiene razones absolutamente legítimas. Que la imposición de una lacra como el narcotráfico y su enquistamiento en todas las ramas del Estado, mantenidas hasta nuestros días, solo tiene como única posibilidad de salida, el cambio estructural y la sepultura total de ese viejo régimen.

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