EL CAPITALISMO NOS ESTÁ DEJANDO SIN AGUA
Damaris Izaguirre
En la década del noventa del siglo anterior el estado de los embalses disminuyó considerablemente y obligó a un racionamiento eléctrico en gran parte del país; ahora la historia se repite y nos lleva a un racionamiento de agua, ¿es culpa del clima o del capitalismo?
La actual sequía que afrontan los embalses que alimentan las hidroeléctricas. que generan gran parte de la energía eléctrica que consumimos diariamente, se lo atribuyen al Fenómeno del Niño y lo hacen ver como si fuera algo fortuito y sin ninguna relación con los hábitos de consumo y producción industrial al que nos somete el capitalismo, y que desde luego solo beneficia a un reducido grupo de acaudalados magnates.
El capitalismo nos ha llevado a una explotación desmedida de los recursos naturales y desarrolló una industrialización, que ha conducido a que sobrepasemos los límites permitidos de gases contaminantes, lo que ha acelerado los procesos de destrucción del medioambiente; en este sentido el cambio climático es una realidad innegable, que día a día incrementa los estragos sobre el clima y el medioambiente, sometiéndonos a fenómenos cada vez más devastadores en términos de contundencia y ocurrencia, las sequías son más seguidas y prolongadas, los terremotos son más frecuentes y destructivos, entre otros.
Esta crisis nos obliga a dejar a un lado los discursos demagógicos, para pasar a medidas contundentes y estructurales, como acabar con la utilización de combustibles fósiles, la megaminería a cielo abierto, la ganadería extensiva, entre otros; desde luego, ningún Estado va a tomar medidas que cambien el modelo económico o que tambaleen su amado statu quo.
Superar la crisis medioambiental y evitar la destrucción del planeta no se logra con ‘pañitos de agua tibia’, lo primero que debe quedar claro es que la responsabilidad sobre esta debacle recae sobre el sistema capitalista, que está destruyendo el planeta y nos tiene a punto de traspasar la delgada línea del No Retorno. Salvar el planeta es cuestión de todos, pero no esperemos que los Estados u organismos multilaterales funcionales al modelo capitalista, realicen las trasformaciones estructurales, que se necesitan para salvar el planeta. Somos Los Nadie, los que estamos llamados a movilizarnos y a través de la lucha popular, realizar las transformaciones estructurales que requiere la humanidad, para tener una vida digna y salvar el planeta de la extinción.
Es un despropósito, nos imponen racionamiento de agua en nuestras casas, pero las multinacionales continúan gastando miles de litros de agua al día.
Ni este ni ningún gobierno va a tomar medidas reales para proteger la naturaleza y evitar el cambio climático.
Las grandes potencias son las que más gastan, más dañan el planeta y la que me menos hacen para evitar que el planeta se destruya.
La avaricia humana es tan torpe que destruyen el planeta con tal de hacerse más ricos, pero no se dan cuenta que si destruyen el planeta se destruyen ellos mismos y de nada servirá el dinero.