Damaris Izaguirre

El conflicto social, político y armado ha dejado millones de víctimas, causadas por la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por el Tío Sam e implantada por el régimen, que declara al liderazgo popular como Enemigo Interno, con lo que eterniza el conflicto colombiano.

Décadas de un cruento Conflicto Armado Interno y de políticas belicistas alejadas de la Solución Política de los conflictos, han recrudecido la Guerra a lo largo del tiempo y han dejado víctimas, que tienen en común sus exigencias de justicia, verdad, reparación integral y no repetición. Este cúmulo de hechos luctuosos y dolorosos dieron origen al Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, que se conmemora cada 9 de abril, en recuerdo de 1948, cuando el Tío Sam asociado con el régimen asesinaron al líder popular Jorge Eliécer Gaitán.

Ahora, los manifestantes que protagonizaron el Estallido Social y la sociedad en general, creyeron que al existir un Gobierno de corte progresista iba a disminuir o a cesar el exterminio del liderazgo popular, por el contrario, continúa igual o peor que durante las gobernaturas de derecha que precedieron a este Gobierno del Cambio, porque este para sostener los tales acuerdos de gobernabilidad con el régimen, mantiene intacta la Doctrina de Seguridad con su política del Enemigo Interno, que ve a todo aquel que sea contrario al statu quo, como  un enemigo que debe ser exterminado con prontitud.

El exterminio del liderazgo social es instrumental al régimen, ya que al ser perpetrado por la colusión entre las Fuerzas Armadas y los paramilitares, libera al Estado de cualquier responsabilidad de este Genocidio, convirtiéndose en un arma efectiva de control insurreccional. Mientras este o cualquier Gobierno no rompa con el régimen y cambie radicalmente la Doctrina de Seguridad vigente, el respeto a la vida y los Derechos Humanos no será más que ‘letra muerta’ consignada en la legislación.

Las víctimas no buscan ‘verdades a medias’ o convenientes para los determinadores de los crímenes que se ocultan en las sombras, cobijados por la impunidad que históricamente les han brindado organismos como la Fiscalía; las víctimas exigen ‘verdad total’, justicia y no repetición; pero esto no vendrá de la mano de quienes ostentan el poder, esto solo será posible a través de la lucha popular organizada y decidida.

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