LA POBREZA SE VOLVIÓ PAISAJE
Alejandra Rincón
La pobreza en nuestro país es tan histórica y extendida, que desafortunadamente como sociedad la hemos naturalizado a tal punto de considerarla algo inevitable, y nos limitamos a expresar un lamento por esta situación; pero los cambios se logran con reformas estructurales integrales y no con moneditas.
En mi recorrido diario a mi sitio de trabajo sin importar lo temprano de la hora en que me desplazo, cada día se vuelve más habitual y concurrido ver decenas de personas en los semáforos o apostados en las calles esperando a que luz semafórica cambie de verde a rojo, tan pronto se da ese cambio decenas salen como hormigas a ofrecer diferentes productos o servicios; son la representación viva de la pobreza y la exclusión que nos muestran irrefutablemente que las cifras del DANE están mal, que las políticas económicas están mal, pero sobre todo, existe un modelo económico que nos convierte en ‘colonia de hormigas’ para sostener los privilegios de un reducido grupo social.
En medio del semáforo esperando que volviera la luz verde, resalta Marcela, una niña de no más de 14 añitos que no está con su uniforme y sus útiles esperando el paso peatonal para ir a su plantel educativo, -lamentablemente no-, Marcela esta con frituras y una cava de icopor tratando de vender lo más posible, porque de esto no solo depende su sustento sino el de sus dos hermanitas mucho más pequeñas que ella; las tres viven con su abuelita Teresa en una piecita y su abuelita que se dedica a vender líchigo en las calles por estos días se quedó sin plante porque los ‘Marios’ le quitaron todito, disque porque invadía el espacio público.
“A mí me gusta estudiar pero no volví al colegio porque necesitamos que comer en mi casa, además es muy difícil ir todos los días a estudiar con hambre y sin cuadernos; pero así es la vida, unos tienen y otros no tenemos nada”, estas sentidas frases de Marcela, son en sí misma la realidad de miles de personas que literalmente hay sido excluidos por el sistema y olvidados por la sociedad. Si realmente nos importa cambiar la realidad no para tener más cosas que antes, sino para que desaparezca la exclusión y la pobreza, estamos en mora de exigir a este gobierno progresista y los sucesivos, cambios integrales que transformen la sociedad en su conjunto.