UN TALÓN DE AQUILES DEL GOBIERNO: SU POLÍTICA ECONÓMICA
Claudia Julieta Parra
Transformar la sociedad requiere acabar con la desigualdad y mitigar la pobreza, desde luego esto tiene implícito cambiar el paradigma económico o por lo menos trasformar políticas económicas deficitarias, de lo contrario es imposible mitigar la desigualdad y la pobreza.
El cambio político que se dio en el 2022 y que vislumbraba anhelos de cambios, suscitó algunos cambios simples y el aumento de subsidios y demás medidas en las pasadas contiendas electorales, sin duda tuvo una motivación socioeconómica, que era transformar una realidad carente de oportunidades de surgimiento integral para un gran grupo de la población, además de la derogación de un conjunto de políticas y medidas económicas que han lacerado constantemente el índice de calidad de vida de las capas sociales medias y bajas, que en su mayoría no cuentan con finanzas que les permitan solventar sus gastos básicos y tienen poder adquisitivo casi nulo y altamente deficitario.
En lo corrido de este gobierno progresista se han logrado algunos resultados favorables como la disminución de la inflación y el desempleo, aunque los estamentos gubernamentales y los medios de comunicación funcionales al Gobierno tratan de mostrar estas leves fluctuaciones positivas como grandes logros, que en realidad son variaciones sin mayor repercusión e incapaces de sostenerse en el tiempo, que no van más allá de generar una esfera especulativa, que artificialmente muestra una economía en reactivación, pero en realidad es una economía fluctuante que aún continua desacelerada y que no se aleja de la línea de recesión.
Para lograr la reactivación económica no es suficiente incrementar ligeramente las ventas y obtener un Producto Interno Bruto de un escaso 0,6 por ciento; la reactivación económica sin lugar a dudas depende del incremento del poder adquisitivo per cápita, ya que este es el encargado de incrementar la demanda y por ende incrementar la fluctuación de masa monetaria. Actualmente 6 de cada 10 colombianos vive del empleo informal -rebusque- y este no les permite ni siquiera solventar los gastos básicos, lo que impacta directamente el incremento de los indicadores de pobreza.
Reactivar nuestra economía tiene implícito una política centrada en la formalización del empleo, una tributación centrada en los grandes capitales de orden redistributivo y sin destinación al Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de Deuda Externa); solo de esta manera es posible incrementar el capital líquido circulante y frenar la caída abrupta de la demanda que desacelera la economía y desemboque en una inevitable estanflación.