¿QUÉ ATACA EEUU EN VENEZUELA?
Javier Guerrero
A partir de 1989 con el levantamiento llamado El Caracaso, donde el pueblo venezolano expresó su inconformismo hacia el capitalismo, y en toda la década de 1990 y especialmente entrados los años 2000, se dieron levantamientos sociales en varios países latinoamericanos, mostrando el rechazo al neoliberalismo.
El triunfo electoral de Hugo Chávez a finales de 1988 ayudó a cambiar la correlación de fuerzas en el continente, a favor de corrientes progresistas que cuestionaban la hegemonía capitalista neoliberal en Bolivia, Argentina, Ecuador, Brasil, Uruguay, Paraguay y Honduras.
En abril de 2002, la Revolución Bolivariana sufrió un golpe de Estado auspiciado por el imperialismo norteamericano, con el apoyo de la oposición oligárquica. Eso hizo que el Comandante Chávez y gran parte de la dirigencia optara por radicalizar el proceso, y pensará más allá de construir una tercera vía o un “capitalismo humano”.
Resistir la agresión con revolución
En la década de los noventa del siglo anterior, los ideólogos del imperialismo, aprovechando la caída del Socialismo Real en la Unión Soviética y Europa del Este en 1991, habían decretado el “fin de la historia”. La llamada globalización capitalista junto al pensamiento único, los planteaban como irrebatibles e incuestionables.
Durante el V Foro Social Mundial, el 30 de enero de 2005, Chávez reivindicó por primera vez la idea de un construir un socialismo del siglo XXI.
Denunciar al imperialismo y hablar de socialismo era considerado anticuado. El Comandante Chávez puso la bandera del socialismo nuevamente al orden del día. Proponiéndose avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria, al servicio del bienestar colectivo y para ello, había plantear la superación del capitalismo en un proceso de transición.
Los anteriores planteamientos fueron hechos en el mejor momento, cuando el liderazgo de Chávez estaba en su máximo auge, el precio del petroleo permitió una distribución más igualitaria de la renta, y aún no se expresaban con fuerza el bloqueo y la guerra económica imperialista, que vendría después.
El imperialismo norteamericano en esos momentos, había priorizado las guerras de agresión en Asia Occidental y Afganistán.
Recreación de la emancipación
En la práctica mediante esta versión particular de socialismo enarbolada por el Comandante Chávez, sentaron unas bases importantes que marcaban la diferencia con la pésima gestión oligárquica de la llamada Cuarta República, en cuanto a lograr una verdadera soberanía y una mayor distribución de la riqueza e inclusión social.
A partir del proceso particular de transición al socialismo, el rol y la figura del Comandante Chávez fueron fundamentales, tomando como base el ideario de Bolívar y por lo tanto él planteó un Socialismo Bolivariano, que recogía el legado de igualdad y justicia social pregonados por el Libertador, el antiimperialismo y la unidad latinoamericana. Junto a esto, enarboló el cristianismo revolucionario, la defensa del planeta, tomó elementos del marxismo. Tomando como referentes a Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora y a las luchas de los pueblos indígenas.
El Socialismo Bolivariano, lo entendían como un proceso de transición pacífica al socialismo, donde se pudiera luchar contra la opresión, la discriminación, la explotación de las grandes mayorías populares, excluidas por el régimen oligárquico.
En este proyecto socialista, la Comuna es el eje central de una democracia participativa y patagónica, que busca la autogestión comunitaria, la democratización y la superación del capitalismo.
Alcances y logros
En el campo internacional y Nuestro Americano, el empuje de la Revolución Bolivariana desmontó la estrategia imperial del ALCA y la reemplazó por el ALBA, concretó proyectos de unidad como UNASUR y la CELAC, estableció buenos relacionamientos entre los pueblos y rescató la identidad Nuestro Americana.
El liderazgo del comandante Hugo Chávez lo llevó dentro de la OPEP, en defensa de los países exportadores de petróleo, logrando la elevación y defensa de los precios del crudo. Aportó al viraje geopolítico global, estableciendo relaciones estratégicas con Rusia y China.
Dentro de Venezuela, la redistribución del ingreso incidió en salarios altos, política de cero hambre y mejoras laborales; la ampliación de la cobertura de salud y la educación. Elevando en la vocación antiimperialista del pueblo venezolano.
Las dificultades no faltan
El reto de construir socialismo sin destruir el estado burgués complica la situación, por cuanto se convive con el enemigo en el mismo territorio, que sigue teniendo una fuerte influencia y poder a través de medios de comunicación, la iglesia, sectas religiosas y poder económico. De ahí la persistencia de situaciones complicadas como el golpe de Estado del 2002 y los sabotajes llamados ‘guarimbas’.
El burocratismo y la corrupción que no ha podido ser superados, permea la sociedad y le quita legitimidad al proyecto de construcción socialista. Querer ganar la lealtad de la población principalmente mediante subsidios y prebendas económicas, sin acompañar con un fuerte trabajo organizativo, político y de concientización; sin un cambio cultural, le resta solidez al proceso; de tal manera que los que antes se consideraban sectores populares, una vez mejoradas sus condiciones de vida, ahora se consideran ‘clases medias’, que en vez de sumar, muchos de ellos pasan para el bando contrario.
Debemos entender que hoy el reto para la Revolución Bolivariana, es otro, aunque mantiene su programa socialista, se trata de un momento de resistencia, en donde el bloqueo económico ha hecho mella y ahora está amenazada por el acoso militar del imperialismo.
El pueblo resiste en medio de enormes desventajas y dificultades, mientras el gobierno insiste en el fortalecimiento de la democracia comunal y algunas conquistas del periodo anterior, como son las Misiones sociales.