VERDADES CADA VEZ MÁS DIFÍCILES DE ROBAR
Sergio Torres
Llama la atención la aparición de personajes generadores de contenido para redes sociales, inmersos en campañas, listas preelectorales y candidaturas, y obteniendo votaciones importantes. La utilización de la comunicación dentro de la política, no es algo nuevo, es un poder que viene configurándose desde hace muchos años.
El desarrollo tecnológico amplió los márgenes del espectro comunicativo. La capacidad de producir y recibir piezas comunicativas de diferentes formatos, con facilidad en corto tiempo, produjo un cambio fundamental a nivel global, en su utilización y contenido.
La multimedia y el desarrollo de los dispositivos electrónicos se convirtieron rápidamente en medio y canal para múltiples fines. El poder hegemónico mundial relanzó su aparato ideológico, creó matrices globales e inició un nuevo ciclo de la guerra. Manipular percepciones, sensaciones y con ello construir realidades falsas a inmensos públicos de consumidores.
Técnicas de manipulación, posverdad, guerra cognitiva
Reconfiguraron el llamado establishment mediático, no solo como un sumatorio de empresas o un gran emporio comunicativo vinculado a intereses económicos y políticos. Sino como un aparato principal y arma de una guerra cultural, que al encontrar nuevas herramientas y arsenales mediáticos, se fortalece, convirtiéndose en estratégico y definitivo.
Este aparato de guerra mediática se configura con la propiedad de los medios y la configuración de grandes carteles comunicativos, los conglomerados económicos de las oligarquías financieras y mafiosas, son dueños de grandes plataformas y medios. Y, por tanto, quienes ordenan la comunicación machista, racista, xenófoba, antinsurgente, mafiosa y demás tipos de patrones culturales e intereses propios. La llamada opinión pública no existe, se trata de la opinión publicada por estos medios, por tanto, manipulada y acorde a ellos.
Para salvaguardar estos intereses y el cumplimiento de la orden editorial, como en cualquier ejército burgués, los directores de medios, editorialistas, editores y jefes de redacción, actúan como los fieles sumisos protectores de las órdenes. Casos como el de la actual precandidata a la presidencia, anterior directora de una revista de extrema derecha, son ejemplos palpables de los niveles de sumisión y el afán de ascenso en dicho establecimiento. Obviamente, en estos aparatos, la ética y el rigor no existen; desaparecerlos del lenguaje comunicativo es parte de su misión.
Comunicación de respuesta, propuesta de respuesta
El desarrollo tecnológico también ha creado posibilidades para el combate. Y la primera estrategia es el conocimiento del enemigo y el entendimiento de sus estrategias. Cómo funcionan sus engranajes. No para reproducir sus lógicas ni sus formas, por el contrario, para combatirlas y derrotarlas.
La desinformación, el ocultamiento y la generación de sensaciones, no se combaten con los mismos trucos y estrategias de manipulación. Así como la idea de la despolitización del Estado, no se combate con opciones y candidaturas menos políticas, sino con propuesta, debate y manifestación política.
En tal sentido, las actuales experiencias de personajes que saltan del mundo de los medios y las redes a la política partidista, no pueden estar inmersas en dichas agendas manipuladas o similares a las utilizadas por el establecimiento comunicativo. No se trata de personajes histriónicos haciendo política, sino de personas con propuestas políticas y capacidad de comunicarlas.
Esta lógica de la saturación comunicativa, da la posibilidad de generar enormes cantidades de contenidos basura, sin criterios. De utilizar medios y plataformas para derramar odio, insultar y mentir. Son parte de la estrategia del hegemon.
El mundo ya tiene ejemplos lamentables de payasos que se volvieron presidentes. Colombia tiene ejemplos execrables de personajes sin ninguna idea política en su cabeza, que, sin embargo, acceden a escenarios del poder estatal. Desde nuestra capacidad popular por retomar una ética, política y cultura, desde las comunicaciones y las propuestas de país, están las bases para el combate en este otro flanco de la guerra.