INSISTAMOS EN DEFENDER LA SOBERANÍA

INSISTAMOS EN DEFENDER LA SOBERANÍA

Amalia Santana

Dijeron que “iban por Venezuela” porque su presidente es un dictador y muchos guardaron silencio, luego dijeron que iban por Venezuela porque su presidente era además un narcotraficante y volvieron a guardar silencio.

Acaban de afirmar que “iban por el ELN”, porque somos una banda de narcotraficantes, pero esta vez no solo guardaron silencio, sino que aplaudieron.

Calumniar primero, agredir después

Hoy dicen que “vienen por Colombia”, porque su presidente también es un narcotraficante y empezamos a recordar que las etiquetas de “subversivo”, “dictador”, “terrorista” y “narcotraficantes” hacen parte de las operaciones de inteligencia, que fabrica el imperialismo en cada momento de la historia, para deslegitimar a los pueblos del mundo y poder lanzar invasiones destinadas a despojar los bienes y riquezas en África, Asia y América Latina.

Ellos no necesitan pruebas ni evidencias, si un presidente estadounidense lo dice con euforia, los micrófonos de los medios masivos de comunicación y las redes sociales, se encargan de repetirlo hasta que la farsa sea convertida en verdad.

No han dejado de ocurrir las sangrientas agresiones de metrópolis imperiales, que el liberalismo burgués prometió dejar en el pasado, prometiendo a la humanidad un futuro de hermandad y fraternidad. Con fachadas de supuestos regímenes democráticos y defensores de la libertad, los Estados Unidos recuerdan, que el fascismo y el imperialismo jamás han sido superados y que sus tentáculos del terror están listos y dispuestos a destruir a cualquier pueblo, que no obedezca con sumisión sus mandatos. Es así en Gaza, en Siria, en África y en América Latina.

El maléfico ronda

Tras la sangrienta arremetida de Israel y Estados Unidos en Gaza, y mientras el fascismo avanza en Europa, el imperialismo ha querido recordarnos que, tienen licencia abierta para asesinar y exterminar pueblos en cualquier lugar del mundo. Lo hacen además con la complicidad y apoyo de las oligarquías locales, que tanto en Colombia como en Venezuela aplauden extasiadas los anuncios de Trump de venir a matar y exterminar seres humanos.

La agresión no solo contra Colombia y Venezuela, es contra toda la región. El precedente de estos ataques es la escalada de xenofobia y arremetida anti inmigración que el gobierno de Trump ha desarrollado contra latinos y latinas. El mundo ha visto como la que pretende ser la nación más desarrollada de occidente, caza brutalmente a seres humanos con redadas contra los migrantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés).

Pese al rechazo mayoritario de los bloqueos y sanciones en la Asamblea General de Naciones Unidas, el gobierno de los EEUU continúa promoviendo el veto criminal contra Cuba, que durante casi 60 años asfixia y martiriza a cientos de miles. Trump amenaza a los demás países con sanciones y aranceles si muestran su respaldo a Cuba.

Las amenazas se imponen constantemente además contra el gobierno de México, acusando a su gobierno de no combatir a los carteles del narcotráfico, que según Trump gobiernan el país. La estrategia es clara: amenazar, golpear y amedrentar como macho violento a los gobiernos de la región, pretendiendo con ello la sumisión de nuestros pueblos.

Unidos defendiendo lo nuestro

Esta historia ya la hemos vivido, no es la primera vez. El riesgo es que esta vez el imperialismo se aprovecha de la dispersión política, de la falta de unidad, del avance de la extrema derecha y del auge de movimientos reformistas serviles a los intereses de EEUU. Mientras algunos sectores de las fuerzas populares son captados por estos discursos, la estrategia imperialista avanza en su propósito de deslegitimar las causas transformadoras y revolucionarias. Lo saben hacer muy bien.

La respuesta de los pueblos de América Latina y de las fuerzas transformadoras en Colombia debe ser otra. En medio de la diversidad, invitamos desde el ELN a superar nuestras diferencias para enfrentar al enemigo que amenaza nuestra soberanía; la historia podrá juzgarnos por lo que hagamos en estos momentos, pues aún en medio de nuestras diferencias, para el imperialismo norteamericano y el fascismo internacional somos lo mismo: ‘carne de cañón’ y fuerza de trabajo barata. A la hora de defender sus intereses, la violencia arreciará contra nuestro pueblo, como los hemos vivido en el pasado.

Insistamos en lo que nos une, insistamos en defender la soberanía.

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