CHINA, GOBERNANZA GLOBAL Y HEGEMONÍA
Anís Serrano
La República Popular de China, ha venido generando, en los últimos años una serie de iniciativas globales, que forman parte de la visión china para la gobernanza global y su papel de liderazgo en el escenario internacional.
Estás iniciativas se orientan desde diferentes perspectivas de acción.
Para la economía, han retomado una práctica histórica y la han reorientado hacia el concepto de la ‘Iniciativa de la Franja y la Ruta’ (Belt and Road Initiative – BRI, 2013).
Desde una visión política y filosófica, apuestan por la construcción de una ‘Comunidad con un Futuro Compartido para la Humanidad’ (2015); propuesta que sirve como principio rector de la política exterior china, desde la cual se aboga por un nuevo tipo de relaciones internacionales.
La ‘Iniciativa de Desarrollo Global’ (GDI, 2021), que se traduce en una propuesta lanzada para acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030.
En aspectos de seguridad, la ‘Iniciativa de Seguridad Global’ (GSI, 2022), como un marco conceptual para abordar los desafíos de seguridad internacional, complejos e interconectados.
Y finalmente, una propuesta que se centra en el ámbito cultural y humanístico.que se denomina ‘Iniciativa de Civilización Global’ (GCI, 2023), desde la cual se promueve el respeto a la diversidad de civilizaciones.
La Gobernanza Global
La Iniciativa de Gobernanza Global, propuesta por China en el marco de la 25 cumbre de la Organización de Cooperacion de Shangai (OCS) y del 80 aniversario de la victoria de China sobre el imperio Japones y el fascismo, se presenta como una alternativa al modelo liderado por Occidente, que Beijing considera obsoleto, injusto y no representativo de la realidad multipolar actual. Sirve de anclaje a las anteriores iniciativas y es una propuesta que se manifiesta, para el mundo, como un desafío a la hegemonía del Norte global.
Sus principios fundamentales se pueden resumir en:
1) Multilateralismo y reforma del sistema: Aboga por fortalecer y reformar (no destruir) el sistema de la ONU y las organizaciones internacionales. China propone que el sistema se adapte para dar más voz y voto a los países en desarrollo y economías emergentes, desafiando la hegemonía tradicional de las potencias occidentales.
2) Cooperación ganar-ganar: Rechaza la lógica de suma cero de la geopolítica tradicional. En su lugar, promueve la cooperación sur-sur y norte-sur, donde el desarrollo de uno debe beneficiar al otro.
3) Respeto a la soberanía y no intervención: China defiende firmemente el principio de no interferencia en los asuntos internos de otros países. Se opone a las sanciones unilaterales, el intervencionismo humanitario y el uso de los derechos humanos como herramienta geopolítica.
4) Desarrollo como prioridad: Coloca el desarrollo económico y la erradicación de la pobreza en el centro de la agenda global. Argumenta que la estabilidad y la seguridad surgen del desarrollo compartido, y no al revés.
5) Construcción de una Comunidad con Futuro Compartido: Este es el concepto filosófico central, que propone una visión de la humanidad unida por intereses comunes y un destino común, trascendiendo las alianzas basadas en bloques ideológicos o militares.
Las lecturas Geopolíticas necesarias
Desde una visión de la lucha revolucionaria, y de acuerdo a la visión del Partido Comunista de China (PCCh), esta iniciativa se enmarca como la aplicación del internacionalismo proletario y del materialismo histórico en la era contemporánea, por cuanto es una iniciativa en lucha contra la hegemonía imperialista. Es, por tanto, un frente de lucha en la superestructura global, contra la dominación de la burguesía internacional.
La idea que se plantea es que al desarrollar las fuerzas productivas a nivel global (mediante infraestructura, comercio, tecnología), se crean las condiciones materiales para una futura superación de las contradicciones del capitalismo. La BRI, por ejemplo, se ve como un proyecto para integrar y desarrollar las fuerzas productivas a escala planetaria.
La iniciativa se presenta como la proyección internacional del éxito del ‘socialismo con características chinas’, demostrando que hay un camino alternativo al modelo liberal occidental, que puede generar crecimiento y estabilidad.
Una visión crítica de la propuesta
Sin embargo, desde otras lecturas, se puede argumentar que esta iniciativa no desafía la lógica capitalista.
La cooperación «ganar-ganar» a menudo se realiza con las élites políticas y económicas de otros países, reforzando en ellos las ganancias de los sectores capitalistas, y por tanto sosteniendo el sistema.
Una lectura crítica debe llevar a profundizar las luchas contra la explotación y en contra del sistema. Donde el pueblo, por tanto, no debe ser un mero espectador ni un seguidor acrítico. Su papel pasa por saber aprovechar los espacios. Utilizando, por ejemplo, los proyectos de desarrollo como la Iniciativa BRI, para exigir que los beneficios sean reinvertidos en la solución de las necesidades básicas de la población.
Las organizaciones populares deben presionar a sus gobiernos, desde las diferentes formas de lucha, para que los acuerdos sean transparentes y no generen una deuda insostenible o dependencia.
Por una solidaridad eficaz
El poder popular debe presionar para que el Frente Anti Hegemónico liderado por China no sea un cambio de polaridad, sino que incluya en su agenda la defensa concreta de los derechos económicos y sociales de los trabajadores y trabajadoras a nivel global.
La verdadera Gobernanza Global se debe construir desde abajo. El poder popular debe tejer alianzas transnacionales entre organizaciones y movimientos sociales de todos los países (incluida China), para vigilar y desafiar las prácticas explotadoras de cualquier actor, sea estatal o corporativo.
No olvidar que la lucha de clases es internacionalista. El verdadero poder popular debe aspirar a un modelo que trascienda la competencia interestatal capitalista y avance hacia la unidad de los pueblos, basada en la justicia social, la igualdad y la democracia radical, no en la lógica del beneficio privado ni de la acumulación de poder político en manos de unos pocos.
La Iniciativa de Gobernanza Global China es un fenómeno contradictorio: un desafío al imperialismo occidental que, sin embargo, se plantea operar dentro de los marcos del capitalismo global.
El papel del poder popular es crucial para navegar esta contradicción, aprovechando los espacios que abre para un mundo multipolar, pero organizándose de forma soberana para asegurar que esta propuesta sirva a los intereses de las mayorías populares y no a los de una nueva élite estatal y capitalista.