LA AUSTERIDAD DEL GASTO COMO UNA SALIDA A LA CRISIS

LA AUSTERIDAD DEL GASTO COMO UNA SALIDA A LA CRISIS

Claudia Julieta Parra

Falla este Gobierno, en que pese al creciente déficit fiscal no ha generado una política severa de austeridad que permita frenar el déficit de Producto Interno Bruto (PIB), y por el contrario, se ha dedicado a incrementar el Gasto Corriente, hundiendo el erario.

La política financiera del Gobierno de Petro se ha concentrado en incrementar el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de Deuda Externa) para ampliar la cobertura de algunos programas de subsidios y crear más burocracia estatal, como es el caso del Ministerio de la Igualdad; sin tener en cuenta el momento financiero que atraviesa el país. La política de glosar pasivos incrementa el déficit fiscal y pone en saldos rojos la Regla Fiscal de mediano plazo y sobre incrementa la Deuda Externa (DE), que a corte de mayo de este año ascendía a 207.657 millones de dólares, que equivale al 49,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); convirtiendo este pasivo y su manejo en una pesada carga que asfixia el PIB e incrementa el déficit de Gasto Corriente tornando insolvente el erario.

En un periodo de recesión como el actual en vez de decrementar el Gasto Corriente, las políticas estatales apuntan a incrementar los pasivos sin modificar la prioridad del gasto, algo inconveniente y riesgoso para las finanzas estatales; lo sensato a nivel financiero es que el Gobierno decrete un periodo de austeridad realmente severo, acorde con el momento financiero por el que atravesamos, desde luego esto implica suprimir gastos onerosos e innecesarios y disminuir el Gasto Corriente.

Es inaplazable un cambio de fondo en el modelo económico, que disminuya los pasivos estatales, fortalezca y desarrolle integralmente la producción nacional y equilibre la balanza comercial, disminuyendo la importación de materias primas y productos con valor agregado; además, solo es posible salir de la crisis económica y financiera a través de una política de formalización del empleo y el incremento de las plazas laborales, permitiendo que se mejore el poder adquisitivo per cápita, lo cual incrementaría el flujo de capital circulante generando un superávit por demanda.

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