LA CRISIS MÁS QUE FINANCIERA ES POLÍTICA
Claudia Julieta Parra
Este Gobierno le ha dado continuidad al favorecimiento tributario y fiscal de los oligopolios, centrando su financiamiento en la glosa [*] de los empréstitos y destinando los ingresos públicos al Gasto Corriente y no a la inversión integral, lo que acrecienta la crisis del sistema.
La desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) ha decrecido el erario, y a su vez el incremento del Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de Deuda Externa), hecho por este Gobierno desde sus inicios, ha aumentado el déficit económico heredado de Gobiernos anteriores, hasta márgenes críticos que ponen en alto riesgo la Regla Fiscal, la capacidad de endeudamiento y la solvencia del Estado. El PIB del año anterior fue solo de 1,6 por ciento y según las proyecciones del Banco Mundial este año no superará el 2,4 por ciento. Es evidente la desaceleración económica, pero uno de los problemas principales radica en la política económica y tributaria, ya que el Gobierno sostiene una política que le da prelación al Gasto Corriente, en vez de decrementarlo y aumentar la inversión integral y el Gasto Social, además rige sus políticas por el dogma neoliberal del Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), que erróneamente plantea que el crecimiento y favorecimiento tributario de las grandes empresas y emporios capitalistas, es beneficioso para la economía nacional, bajo el supuesto de que si estas empresas aumentan su riqueza, esta “se derramaría por goteo” hacia las capas medias y bajas de la sociedad.
Las economías que se rigen por la TDE, no han incrementado el empleo ni mejorado el poder adquisitivo per cápita, ni mucho menos han superado el déficit de costo de vida o han logrado minimizar la brecha de desigualdad social; por el contrario, a medida que los dividendos del capital privado se incrementan el oligopolio económico se solidifica y se pauperizan las capas sociales medias y bajas.
La desaceleración económica que sufre nuestra economía, es un agente que contribuye a la actual crisis económica, sin embargo, en sí misma esta no es como tal la causante del déficit económico y financiero; la marcada contracción de la economía obliga al Gobierno no solo a incrementar la tributación, sino principalmente a cambiar la política del gasto y consumo, mientras esto no ocurra cualquier capital que ingrese o se recaude será insuficiente. Salvar nuestra economía implica cambios en el paradigma económico, incremente el poder adquisitivo per cápita y disminuya los gastos de la nación.
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[*] Glosar: sobregirar varias veces una misma deuda.