LA POBLACIÓN NINI ES UNA CONSTANTE DE NUESTRA ECONOMÍA

LA POBLACIÓN NINI ES UNA CONSTANTE DE NUESTRA ECONOMÍA

Chavela Villamil

Es lógico que en un país donde prevalecen grandes falencias en el sistema educativo público, a la población joven de las esferas sociales bajas y medias, de hecho, no puede estudiar ni trabajar (NINI), agudizando la crisis socioeconómica que vive el país.

El modelo económico imperante en Colombia se centra en la acumulación de capital en un reducido grupo plutocrático, a la vez que busca la enajenación de bienes para que el Estado merme sus responsabilidades con el gasto social. En este contexto el Estado no invierte de manera integral y proporcional en el sistema educativo público, por el contrario, en la última década ha optado por subsidios que financian la educación de jóvenes en estado de vulnerabilidad en establecimientos privados, en vez de invertir estos recursos en mejorar la educación pública en términos de calidad, oferta y oportunidad; desde luego estos subsidios son medidas paliativas que no resuelven los problemas estructurales del sistema, lo que incrementa los márgenes de desigualdad -social, académico y laboral-, que  han incrementado considerablemente la población de jóvenes que ni estudian ni trabajan (NINI), lo cual decrece el poder adquisitivo y exacerba la crisis económica.

La población NINI es un fenómeno creciente

Recientes estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) plantean que la población NINI, en sus países miembros tiene una media que oscila en 19,7 por ciento, nuestro país está por encima de la media y se ubica en 24,3 por ciento. Por su parte, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), publicó las cifras desagregadas del mercado laboral al cierre de junio y determinó que la población de 15 a 28 años que no trabaja ni estudia se ubicó en 2,49 millones, lo que equivale al 22,4 por ciento del total de la población juvenil [*].

En el país en promedio hay 11,1 millones de jóvenes, y si se toma en cuenta la proporción de NINIS, dos de cada 10 jóvenes se encuentran en esta categoría; al extrapolar esta cifra con los índices de ocupación, el 54 por ciento la población joven ocupada labora en la informalidad, es decir, cinco de ellos viven del rebusque.

La falta de empleo sumada a los altos costos de los alimentos básicos y los servicios esenciales, lleva a que miles de desempleados recurran al trabajo informal como única opción de ingreso, generando una burbuja laboral especulativa y despreciativa en termino de poder adquisitivo, es decir, el trabajo informal hace que disminuyan la cifras de desempleo, pero los ingresos per cápita recibidos por esta actividad son inferiores a los requeridos para cubrir las necesidades básicas de una persona y mucho menos de un núcleo familiar, lo que decrece el poder adquisitivo relativo ocasionando la contracción del comercio y aumentando del déficit de costo de vida.

Es necesario cambiar los paradigmas laborales y educativos

Las políticas económicas implementadas por sucesivos Gobierno, han desatendido áreas estratégicas para el desarrollo de la sociedad y la productividad, como lo es la educación, que en el caso de nuestro país es de muy bajo acceso y son muy pocos los jóvenes que logran tener la posibilidad de cursa educación técnica o superior, lo que decrece su expectativa laboral, que aunado a las pocas plazas laborales, le deja muy poca oportunidad a la población juvenil, que por falta de acceso a la educción se les reduce drásticamente la opción de acceder a empleo formal, por lo que muchos de ellos tienen como única opción el empleo informal, mientras un gran número de ellos engrosan las filas de la población NINI.

El principal obstáculo que afrontan los jóvenes, es la inexistencia de un sistema educativo integral de carácter estatal, que le permita a gran parte de la población juvenil, en especial a las capas medias y bajas, acceder a educación media y profesional de calidad y gratuita; además la desigualdad social y el hambre generalizada se convierten en uno de los principales motivos de la deserción escolar; de cada 100 estudiantes de bachillerato solo logran graduarse 44, de cada 100 graduados de bachillerato solo 33 logran acceder a educación superior o técnica.

En términos de oferta laboral el mercado es una paradoja que afecta principalmente a la población vulnerable, los requisitos exigidos por las empresas no suelen ser acordes con el contexto en el que se desenvuelve la población juvenil, una de las principales taras es la experiencia laboral que termina marginando a la población juvenil y dejándoles como única opción el ‘rebusque’, la otra gran barrera es la exigencia de estudio de posgrado, en una sociedad donde difícilmente un grupo reducido logra culminar los estudios profesionales, técnicos o tecnológicos.

La reforma laboral recién aprobada, aunque trajo mejorías reivindicativas como el retorno de las horas extra, no suplió las falencias de integralidad del sistema, ni mucho menos relacionó el mercado laboral con el académico, lo que no permite resolver problemas trascendentales de fondo del modelo laboral.

La transformación de la sociedad, tiene implícita la inversión integral en la educación y cambios trascendentales en los paradigmas educativos y laborales, solo de esta forma es posible mejorar la tasa de ocupación formal y elevar el poder adquisitivo per cápita, lo que sin duda mejoraría la productividad del país, pero para que esto sea viable se requiere una transformación estructural del modelo económico.

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[*] En mayo en Colombia la población NINI llegó a 22,4 por ciento. Valora Analitik, 10-08-2025.

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