¡UN PAÍS EMANCIPADO!
Damaris Izaguirre
Desde hace más de una centuria el imperio norteamericano nos ha tratado como una colonia, en donde es él quien impone la política interna y obliga a que todos los Gobiernos cumplan sus órdenes, tomando medidas drásticas para que las ovejas ‘no se salgan del redil’.
La más reciente crisis diplomática entre nuestro país y los Estado Unidos, por cuenta de la participación de su Secretario de Estado en un intento de Golpe Blando, rechazado por el Gobierno del Presidente Petro; deja al descubierto su injerencia constante en asuntos internos de Colombia, pues siguen considerándonos una colonia del imperio, por tanto, desde su visión imperialista, consideran que es EEUU quien decide lo que se hace y no se hace en nuestro país.
Algunos plantearan que este Gobierno es autónomo del Tío Sam, basándose en las vociferaciones y ‘discursos veinte julieros’ de Petro, al igual que sus posts incendiarios; sin embargo, sus discursos demagógicos contrastan con los hechos y sus acciones políticas, ya que, desde el inicio del mandato hasta la fecha, este Gobierno ha demostrado que esta plegado a las disposiciones y órdenes del Tío Sam, y es totalmente instrumental a los intereses del imperio norteamericano. Esto nos debe llevar al análisis de los hechos y a las reflexiones del caso, para a unirnos tras el logro de la emancipación como país, que ante todo es un derecho, pues hasta el derecho burgués instaura en el papel la autodeterminación de los pueblos.
Los hechos van dejando claro que el Gobierno del Cambio no está dispuesto a instaurar reformas estructurales o una ruptura radical con el régimen, ni mucho menos emanciparse de las órdenes del Tío Sam, que signifique entregarle a Los Nadie los cambios que le han sido negados por décadas. El cambio no puede ser retórico, debe ser tangible y estructural, y como ello significa ir en contra de las disposiciones del Tío Sam, este, por incipiente que sea, no vendrá de manos ni de este ni de ningún Gobierno que este subordinado al Tío Sam; por lo tanto, es vigente la consigna de que ‘solo el pueblo salva al pueblo’, y en manos de este está alcanzar unidad de clase y luchar de manera diáfana y decidida por lograr un país donde quepamos todos, en paz con justicia y equidad social.