En cerca de tres semanas de Paro Nacional la represión inclemente del régimen deja millares de víctimas, lo que ha hecho crecer el repudio a esta dictadura mafiosa y a sus cuerpos represivos, rechazo que traspasa las fronteras colombianas.
Ante la barbarie represiva se alzan muchas voces mientras el Gobierno de Estados Unidos (EEUU) guarda silencio cómplice, cuando pasan de 50 los asesinados en las protestas que exigen derechos fundamentales, el Paro Nacional exige desmontar el Esmad y atender los reclamos ciudadanos.
La insostenible situación fiscal nos enfrenta a una crisis de modelo económico, décadas de favorecimiento fiscal y tributario a las mega empresas y asfixia económica a los ciudadanos vía impuestos, nos ha sumido en una crisis socioeconómica sin precedentes.
Uribe en 1993 enterró la Salud Pública y la entregó a negociantes, en la década siguiente los narcoparamilitares se enriquecieron con ella y ahora en su tercer Gobierno busca terminar de privatizar este derecho fundamental, pero el Paro Nacional se le opone a tan maligna pretensión.
“Les tocó cogerme entre 4 ¿no, Hijueputas? Yo soy a la que cogieron, en ningún momento me ven tirando piedras, no iba con ellos, me ….
El que más se ha opuesto a que haya un acuerdo ha sido Ceballos, porque nosotros les dijimos “construyamos sobre lo construido”.
1.- EDITORIAL: LO QUE SIGUE. 2.- NO ES BRUTALIDAD, ES CRIMINALIDAD POLICIAL. 3.- INÉDITO, TRECE DÍAS Y SIGUE EL PARO. 4.- LOS ZARPAZOS DEL TIRANO. ….
Doce días de Paro Nacional han obligado al régimen de Uribe a retroceder y tambalear, aunque lanza zarpazos más violentos crece la protesta social presionándolo a dejar su arrogancia y llamar a negociar a los de la élite, pero a los de abajo los llama a hablar para desgastarlos y dividirlos.
Colombia ha cambiado en los años recientes, está en momentos históricos especiales que habilitan desarrollos y saltos favorables al pueblo; esto lo evidencian las extraordinarias movilizaciones que se han desatado desde el pasado 28 de abril.
El régimen en su vano intento por sofocar el descontento social hace la guerra sucia contra los manifestantes y sus líderes, pese a la represión y la estigmatización de las protestas continúan buscando cambios y transformaciones sociales.
El Paro Nacional prosigue enfrentando ataques mortales de las Fuerzas Armadas y sus sicarios, quienes están ejecutando líderes como Lucas Villa, Crímenes de Lesa Humanidad por los que el Gobierno debe caer pero la impunidad los cobija y la disimulan llamando a un supuesto diálogo.