Comandante Antonio García

Rafael Pardo Rueda en su libro «9 de marzo de 1990» publicado en 2020 menciona dos lecciones de cuando adelantó el proceso de desmovilización del M-19. La primera: 

«Si para hacer la paz hay que hablar con los guerrilleros, pues toca hacerlo y preferiblemente bien preparado. Pero en lo fundamental, se trata de crear las condiciones políticas para favorecer las posibilidades de paz con la insurgencia. En la Consejería todos los días aparecían personas diciendo que son de la guerrilla y que quieren hablar. Si se empieza por ahí, no se termina nunca y el consejero acaba por llenarse de historias reales o fantásticas. Su oficio principal, entonces, no es hablar con la guerrilla sino aclimatar las condiciones favorables a la paz».

La segunda:

«La labor permanente del consejero es quitarle legitimidad a la guerrilla».

En el actual proceso de conversaciones que se adelanta con el Gobierno de Petro, los dos comisionados que han oficiado hasta ahora: Danilo Rueda y Otty Patiño han desconocido la primera y han aplicado a la máxima expresión la segunda por medio de la guerra mediática. Y por eso los enredos en que nos han metido, es una lástima.

Un proceso de desmovilización es muy distinto a un proceso de paz. El primero está claramente documentado en la historia de Colombia, para no hablar de otras latitudes. En dicho libro Rafael Pardo lo expresa con claridad, cuando dice que se trata de cambiar las armas por participación legal de los guerrilleros en la política. Eso es lo esencial, lo demás son arandelas.

Aunque pueda llegar a pactarse y por escrito supuestas reformas, desde luego con esencia reformista (funcionales al régimen político), al final terminan desvaneciéndose en medio de intenciones redactadas con sutilezas y tecnicismos, incluso los desmovilizados pueden justificarse o lavarse las manos diciendo: «no nos cumplieron».

Casi nada ha cambiado en Colombia, las reglas del juego en la política siguen siendo manejadas por los seis Grandes Grupos Económicos, con sus operadores políticos: los 6 grandes partidos políticos de los 35, y los 54 clanes políticos. Mientras este gran entramado controle las instituciones del poder del Estado, el acceso al poder político favorable el pueblo, a las mayorías del país seguirá siendo una fantasía.

Es posible que puedan introducirse cambios por medio de una solución política, pero sólo en la medida que la sociedad, por medio de un proceso de participación construya un Acuerdo Nacional que haga viable las transformaciones para una Colombia justa, democrática e incluyente, donde la movilización social pueda hacer valer un Acuerdo de carácter nacional. Mientras tanto solo estaremos ante otro intento para tratar de desmovilizar a la guerrilla para que todo siga igual. Para eso el ELN no nació.

Adenda:

Parece que algunos periodistas de El Espectador no saben leer bien. Han señalado: «Este viernes, Antonio García, máximo comandante del ELN, también se refirió al tema y dijo que el alto al fuego no estaba en la discusión de la Mesa de diálogos».

Lo que en realidad dije en mi cuenta X fue:

«Otty Patiño ha dicho que ya se prorrogó el Cese el Fuego entre el ELN y las Fuerzas Militares y de Policía. ¿De dónde sacará esos inventos?

En La Mesa formal de conversaciones aún no se ha evaluado, por tanto son puros cuentos de Otty.»

Como pueden ver nunca se dijo que no estuviera como tema en la Mesa, sino que «aún no se ha evaluado», debemos esperar que termine el VI Ciclo y ahí veremos.

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