JUEGOS, TRAMPAS Y MAFIAS PANAMERICANAS

JUEGOS, TRAMPAS Y MAFIAS PANAMERICANAS

Sergio Torres

Al conocerse la noticia de la decisión de Panam Sports de quitar a Barranquilla como sede de los Juegos Panamericanos en 2027, estalló una ola de indignación, rechazo y búsqueda de culpables. Esta organización internacional cuyas principales funciones son la organización de los Juegos Panamericanos y el impulso del Movimiento Olímpico en América, tomó la decisión de buscar una nueva sede para los juegos por el incumplimiento de pagos acordados.

Al buscar responsables, los primeros indicios están en quienes firman el Acuerdo de Asociación, se nombran Comité Organizador y establecen los criterios y funciones de dicho Comité, se trata de la ex gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, perteneciente al partido Cambio Radical; el Exministro del deporte, Guillermo Herrera Cataño, perteneciente al partido Cambio Radical; el Exalcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, también perteneciente al partido Cambio Radical; y Ciro Solano Hurtado, presidente del Comité Olímpico Colombiano, dirigente del deporte de la costa caribe asociado al partido Cambio Radical. Es decir, todo el Comité Organizador pertenece al mismo partido y al menos 3 de los 4 son parte del Clan Char.  

El alboroto se generó por el no pago de una suma de dinero en un tiempo acordado; sin embargo, al generarse la discusión han salido a la luz documentos y cifras que obligan repensar lo acordado. Va quedando claro que los acuerdos y contratos se firmaron bajo la presidencia de Iván Duque (2018-2022), otra mala señal, pero que ese gobierno no hizo ninguno de los pagos a los que se comprometió, endosándolos al gobierno de Petro. Se habían comprometido en principio a pagar 4 millones de dólares antes del 30 de julio del 2022. Debían también dejar el presupuesto para la organización del 2023.

Ahora bien, resulta que la cantidad de pagos acordados en este negocio es mucho mayor, incluso se habla de una cifra indeterminada. En solo los pagos requeridos entre 2023 y 2026 suman más de 200 millones de dólares, estos equivalen a derechos de transmisión, pólizas y derechos de marca; es decir, en la sola compra del mercadeo y el derecho a ser sede. En el detalle de estos costos se advierten claros elementos de posible corrupción, pues se compran derechos, pero al mismo tiempo se limitan o se circunscriben a condiciones totalmente limitadas. 

Más grave aún, la manifestación de indeterminación de la cuantía del Contrato de Asociación, que dice explícitamente que “su valor total contempla los gastos que sufrague cada parte interviniente en el cumplimiento de sus obligaciones”. Es decir, el contrato es un cheque en blanco en manos del Comité Organizador, o sea, del Clan Char y Cambio Radical. 

Si bien este tipo de dinámicas deportivas son de agrado y asociadas al sano desarrollo de la actividad física. Es claro que en ellos también existen altísimos niveles de corrupción, basta con recordar las denuncias hechas en el pasado Mundial de fútbol y en los Juegos Olímpicos, donde millonarias inversiones contrastaban con escenarios de pobreza, segregación y exclusión. 

Ha dicho el gobierno de Petro que intentará recuperar estos Juegos Panamericanos para que Barranquilla sea sede. De ser así, tendrá que asesorarse muy bien. Desmantelar la mafia que ya se nombró como Comité Organizador y fijar márgenes de costos de estos juegos. No se justificaría que el mismo presidente, que ha manifestado no tener recursos para la implementación de los acuerdos de paz, no tener recursos para la puesta en marcha de programas agresivos contra la pobreza y el hambre, derroche una cantidad enorme de dinero, que seguramente redundará en los bolsillos del Clan Char.

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