¿APOYAR AL RÉGIMEN O AL PUEBLO?
Damaris Izaguirre
En las pasadas elecciones presidenciales la gran mayoría votó por el cambio, que va más allá del cambio de Presidente, lo que se esperaba era un cambio en el sistema político y cambios estructurales socioeconómicos que cambien positivamente la calidad de vida de ‘los nadie’ -la población excluida-.
La marcada desigualdad ha hundido a millones de personas en la pobreza y en la miseria, quienes durante décadas han sido excluidos por un sistema político que dice “buscar el beneficio de todos”, solo busca sostener el statu quo y garantizar los beneficios y privilegios de las clases adineradas y dominantes. Este empobrecimiento y exclusión dieron origen al Estallido Social, mandato popular que el Pacto Histórico instrumentalizó para que Gustavo Petro alcanzara la presidencia, dejando en su camino promesas de cambio y el “compromiso de gobernar para los nadie”, sin embargo, tras 15 meses de gobierno los cambios no llegan y todo parece indicar que nos vendieron humo.
Petro se ha autodenominado como el gobierno del cambio, pero los cambios prometidos se reducen a placebos que no cambian el devenir de la crisis estructural. No es fortuito que tras ganar la presidencia y antes de posesionarse, se reunió con el FMI y se comprometió a no realizar cambios que afectaran los intereses de estos usureros internacionales, tampoco podemos olvidar que le dio un papel protagónico a lagartos de carrera como Roy Barreras y a los Partidos Políticos adscritos al régimen, -principales responsables de la debacle y la corrupción estatal-, y bajo la fábula de la gobernabilidad les dio gran participación burocrática, pero aun así siguen atravesados a las mínimas reformas que ha tratado de instalar.
Más allá de que es real que el régimen utiliza todas sus armas y herramientas para sostener el statu quo, el principal problema de Petro es que ha sido ambiguo, dubitativo y no está dispuesto a romper con el régimen, por esta razón no ha realizado los cambios estructurales que prometió, ya que implica cambiar el modelo económico y la Doctrina de Seguridad Nacional. En la crisis económica y de su política de paz total, la salida viable es que Petro decida si esta con el régimen o con el pueblo, y que nosotros como sociedad decidamos si estamos dispuestos a luchar por los cambios estructurales.