EL MODELO ECONÓMICO GENERA IMPRODUCTIVIDAD DEL CAMPO

EL MODELO ECONÓMICO GENERA IMPRODUCTIVIDAD DEL CAMPO

Chavela Villamil

Un gran problema de nuestra economía es que es extremadamente dependiente del capital extranjero y además su producción interna no tiene la capacidad de suplir el consumo interno, que obliga a la importación de materias primas y productos terminados, que nos hace una economía volátil y dependiente del mercado exógeno.

La estructura agraria colombiana se caracteriza por la falta del aprovechamiento de las tierras productivas, la tendencia a la reconcentración de las tierras y la degradación medioambiental a consecuencia del uso excesivo de la tierra para la ganadería extensiva y los monocultivos; además, la apertura económica de la década del 90 generó un cambio en patrón productivo agrícola, que llevó a la extinción o baja producción de cultivos representativos en el mercado interno.

No es adecuado el uso de la tierra

Según Oxfam nuestro país cuenta con 43 millones de Hectáreas (Ha) para uso agropecuario, de las cuales 34,4 millones de Ha (80 por ciento) están destinadas a la ganadería extensiva, mientras que apenas 8,6 millones de Ha están destinadas a la agricultura, pese a que la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) considera que 22 millones de Ha son aptas para la actividad agrícola, y que solo 15 millones de Ha se deberían destinar a la ganadería [*].

Uno de los problemas que más incidencia tienen en los resultados del sector agropecuario y en los precios de los alimentos es el uso de la tierra, del total del área correspondiente al uso agropecuario (43,0 millones de Ha), el 80 por ciento tuvo usos de pastos y rastrojos (34,4 millones de Ha), el 19,7 por ciento de la actividad agrícola (8,6 millones de Ha), y el 0,3 por ciento a infraestructura agropecuaria; la mayor parte de la tierra con vocación agropecuaria no se utiliza para producir verduras, frutas y cereales, sino principalmente para pastar vacas, cultivar palma de aceite, o simplemente para especular con ella, donde destacan las tierras ubicadas en los departamentos de Antioquia, Casanare, Meta y Vichada.

Las tierras destinadas a actividad agrícola no están destinadas en su totalidad a la producción de comida para suplir el mercado interno, el 64,4 por ciento se utilizan en cultivos agroindustriales y para la exportación, principalmente café, caña, caucho, palma africana, banano, flores y plantaciones forestales, el 16 por ciento se destina a la producción de cereales, el 14,7 por ciento a la producción de frutas, y el 4,2 por ciento a la producción de hortalizas y verduras.

La improductividad de la tierra

En los últimos 20 años la productividad del sector agropecuario colombiano se ha mantenido relativamente estable en 15,1 por ciento, sin embargo, esta cifra está por debajo del promedio de América Latina que es 29,2 por ciento y muy por debajo de países con condiciones similares de suelo y clima como Costa Rica cuyo promedio es de 47,5 por ciento.

Otro factor que influye en la improductividad del agro colombiano es el déficit de infraestructura agrícola, la infraestructura de riego y drenaje sólo cubre el 6 por ciento del potencial agrícola del país, y el 70 por ciento de las vías de acceso están en un estado deplorable; esto repercute en el costo final de los productos haciendo su comercialización improductiva, toda vez que el precio final no suple los costos de producción y transporte, por lo que en la mayoría de las veces se produce a pérdida.   

Volver el campo productivo

El principal problema del agro colombiano es que no existe inversión integral estatal, que permita disminuir los costos de producción, lo que hace inviable en términos financieros la producción agrícola, no solo la de tipo exportación, sino principalmente la que suple el mercado interno, ya que los costos de producción son superiores a los costos del mercado.

El país requiere un modelo agrario y pecuario que dé prioridad a la redistribución y que base este proceso en la producción de alimentos con el fin de cubrir la demanda interna, y a futuro generar un superávit que incremente los volúmenes de productos agrícolas de exportación; desde luego esto implica fomentar el desarrollo integral de la producción nacional, lo que implica inversión en tecnificación, infraestructura y vías secundarias y terciarias.

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[*] Las desigualdades matan. Oxfam, 20-01-2022.

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