SIN PÁRAMOS NO HAY AGUA, SIN AGUA NO HAY VIDA

Omaira Sáchica

Las afecciones que genera el Cambio Climático afectan biomas y ecosistemas trascendentales en el ciclo del agua, como son los bosques de niebla -páramos-, además de ser agredidos ampliamente por la megaminería.

El modelo capitalista a forzado la sobreindustrialización y la excesiva expoliación de bienes naturales, lo que sobreincrementa la producción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) impactando directamente el Calentamiento Global, lo que a su vez acelera los estragos del Cambio Climático sobre el medioambiente en general contra las selvas tropicales, los bosques de galería, los bosques de niebla entre otros.

Los páramos en peligro de extinción

Los bosques de niebla o páramos son biomas que se encuentran por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), donde habitan ecosistemas y especies endémicas que dada su altitud y características climatológicas únicas, captan humedad de la niebla y la transforman en agua, dando así origen a un gran número de canales freáticos terráneos y subterráneos, que aguas abajo forman grandes ríos o afluentes que hídricos que proporcionan el 70 por ciento del agua potable del país.

La gran riqueza hídrica de Colombia está en que posee el 52,5 por ciento de los páramos del mundo, actualmente existen 37 páramos registrados que abarcan 2.906.137 Hectáreas (Ha), que albergan 1.119 especies de plantas vasculares o retenedoras de agua, como frailejones, bromelias, quiches, arándanos, mortiños, entre otras, de las cuales el 75,24 por ciento son endémicas [1].

El Cambio Climático, en la última década ha venido incrementando la temperatura oceánica y atmosférica de manera acelerada, una de sus principales consecuencias es la pérdida de permafrost y la generación de movimientos altitudinales que amenazan todo el ecosistema de páramos, ya que el cambio en las capas o pisos térmicos amenazan especies con rangos y tolerancias térmicas muy reducidas.

Impactos de la gran minería

Durante las últimas décadas el país ha basado su crecimiento económico en la explotación minero-energética; a partir del 2001 gobierno reestructuró su regulación minero-energética e impulsó la mega minería en terrenos por encima de los 2.000 msnm, generando grandes riesgos sobre áreas y ecosistemas circundantes a los páramos; esta práctica la extendió a áreas de páramo y en la actualidad la ganadería extensiva a gran escala y la megaminería tienen en riesgo al 73,8 por ciento de los páramos colombianos [2].

Cambiar de modelo económico salva el planeta

Diferentes expertos climáticos son enfáticos en afirmar que, “existe una creciente evidencia de que nos estamos acercando o ya hemos cruzado puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema terrestre, incluidas las capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia, la degradación de los bosques de niebla, calentamiento de los océanos, la deforestación de la selva y pérdida de biodiversidad del bioma amazónico” [3].

El modelo económico capitalista es el máximo responsable de la actual crisis climática y medioambiental, por lo tanto, mitigarla y reducir sus impactos implica cambiar el modelo económico y de desarrollo, por uno que se centre en la protección de biomas y ecosistemas estratégicos, la disminución de la huella de carbono, y deponer las prácticas extractivas y de consumo de energía fósil. De lo contrario es imposible evitar llegar a puntos de no retorno, y la extinción del planeta y sus especies será inevitable.

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[1] Informe de cuantificación de páramos y sus especies endémicas amenazadas. Instituto Humboldt, 12-09-2023.

[2] Páramos colombianos en peligro por la minería y ganadería a gran escala. Mongabay, 12-11-2023.

[3] Científicos advierten sobre una emergencia climática inminente. Revista BioScience, 07-10-2023.

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