CALI: ESTALLIDO SOCIAL VS GOBIERNO DE DERECHA
Sergio Torres
Las elecciones del pasado 29 de octubre dejaron el poder ejecutivo de las principales ciudades del país en manos de representantes de las derechas, clásica y testaferra, ambas vinculadas a la mafia, el despojo y el narco-paramilitarismo.
Cali después del Estallido Social quedó caracterizada por la resistencia, movilización y lucha social desarrollada por sus habitantes. Además del alto apoyo demostrado a Gustavo Petro y Francia Márquez, primero durante la campaña presidencial y luego durante su ejercicio de gobierno. En esta Cali, fue elegido como alcalde para los próximos 4 años, Alejandro Eder Garces, un genuino representante de la derecha oligarca y despojadora.
En la historia política electoral de Cali reciente de la ciudad, es la primera vez que un representante de estos sectores logra asumir como primer mandatario. De esta misma generación de la oligarquía local, ya habían fracasado delfines como Kiko Lloreda y Christian Garces. Hasta ahora, todos estos representantes de las 4 familias caleñas poderosas, se habían movido dentro del andamiaje de la política nacional en reglones invisibles, articuladas a los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. No habían logrado pasar al escenario del ejecutivo y como primer renglón.
Genealogía del despojo
La historia de los Eder en Cali y el Valle del Cauca está relacionada directamente con la industria azucarera. Son los fundadores de la primera planta de azúcar centrifugada en La Manuelita, registros que datan de enero de 1901. En donde sobresalen los nombres de Santiago Eder y Phanor Eder, llamado el Fundador.
Durante el siglo XX, el desarrollo de esta industria en la región fue determinante para su desarrollo social y político. Los Eder, junto con otras familias, desarrollaron una casta empresarial a partir del relacionamiento y expansión de la industria azucarera. Vinculando otros sectores industriales y medios de comunicación, poniendo en práctica el monocultivo y el despojo de tierras, y articulando una poderosa oligarquía regional.
Es decir, la familia Eder junto con los Garces, Cabal y Lloreda, son responsables de la tragedia agrícola del Valle del Cauca, que pasó de tener una gran variedad de cultivos a ser el inmenso mar de caña de azúcar que hoy se ve en la gran mayoría de su territorio. Estas familias se adueñaron de terrenos ejidos y de grandes extensiones de tierra en el Valle y el norte del Cauca.
Actualmente los Éder son -junto con los Caicedo de Riopaila Castilla y el Grupo Ardila Lülle- los más poderosos del sector de la caña, que es a su vez el sector productivo con más peso político en el campo colombiano. Además, en los últimos años han venido incursionando también en cultivos de palma en la Altillanura, con 37 mil hectáreas entre Meta y Casanare destinadas a la inversión en biocombustibles.
Alejandro Eder Garces es la cuarta generación de una familia vinculada con el poder económico y político del departamento, por tanto, con las inmensas desigualdades que existen. Vinculado además a los gobiernos mafiosos y paramilitares como el de Álvaro Uribe (2002-2010) ya que en 2006 fue asesor en el rediseño estratégico de la política Nacional de Reintegración. Participó también en la construcción de la Ley de Justicia y Paz de este mismo gobierno. Por esa misma vía, Eder Garces se posesionó como Alto Consejero Presidencial para la Reintegración en 2010 durante el gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018).
Cali territorio de las contradicciones
En la elección de Alejandro Eder como nuevo alcalde de Cali, confluyen varios aspectos propios de las realidades políticas y sociales de la ciudad. Por un lado, su candidatura se da bajo el movimiento que se llamó Revivir Cali, es decir, la falacia de las expresiones expresadas a través de firmas, que han sido la fachada que utiliza la politiquería tradicional, para no enfrentar la poca legitimidad de los partidos políticos agrupados en una misma candidatura. Sin embargo, en su campaña la co-avalaron el Partido Conservador, Cambio Radical, el Nuevo Liberalismo, Colombia Justa y Libres, y el Centro Democrático; esto es, los mayores representantes del viejo régimen mafioso y corrupto en todos los sentidos.
Otro aspecto que pasó factura en esta elección, fue la mala gestión del alcalde saliente Jorge Iván Ospina, quien además de la desastrosa actuación durante el Estallido Social de 2021. Terminó evidenciando una alta corrupción en toda su gestión de gobierno. Por lo cual, el pueblo caleño les cobró a las expresiones políticas asociadas con el alcalde. Y como si fuera poco, la izquierda y el progresismo no tuvieron candidaturas fuertes o con mínimos de reconocimiento que posibilitaran una eventual disputa a los candidatos de derecha. Con todo este panorama y con las realidades conflictivas que Cali sigue sosteniendo en su interior. La llegada de Eder a la alcaldía supone una polarización aún más fuerte. El pueblo caleño no ha perdido su carácter luchador. Y muy seguramente, se vendrán nuevos momentos de descontento social. Ya se empiezan a avizorar las políticas represivas propias de un gobierno de derecha. Ante eso Cali, muy seguramente volverá a ser la capital de la resistencia.