¡AHORA ENSAMBLAN A LOS “LÍDERES”!
Damaris Izaguirre
En la última década hemos presenciado cómo verdaderos desconocidos pasaron de ser políticos de tercer nivel o simples empresarios, a convertirse en “líderes políticos” que arrasan en las urnas y terminan convirtiéndose en dignatarios o Congresistas, ¿estamos ante una fábrica de líderes y políticos?
En los últimos años hemos presenciado cómo personas casi desconocidas o ajenas al escenario político, “surgieron de la nada” y en un corto tiempo de “candidatura” llegaron a altos cargos como la Presidencia, el Congreso, entre otros, solo por citar algunos casos tenemos a Trump, Hernández, Duque, entre otros; el sofisma del sistema para justificar estas “anomalías”, es que producto del hastío de la gente por los políticos tradicionales, deciden votar por personas aparentemente ajenas al mundo político al creer que no están permeadas de la corrupción que invade la política tradicional.
Hace poco tiempo se acuñó el término de marketing político y se mostró como una revolución en la política; palabras más, palabras menos, no es otra cosa que un conjunto de métodos y estrategias, principalmente comunicativas, que convierten a una persona común en la alternativa política que necesita una población.
Como quien diseña una planta para que sea más resistente a las plagas a través de ingeniería genética, expertos en marketing de acuerdo al contexto y el momento político diseñan el perfil que requiere un candidato para ganar, luego de tener el prototipo, como quien ensambla una máquina alistan el candidato -producto- para en el menor tiempo posible sacarlo al mercado. Tras el proceso de producción, viene el proceso de posproducción o mercadeo, donde juegan gran papel los grandes medios de comunicación, que de manera sutil empiezan a publicitar al candidato y apoyados en “encuestas” muestran como sube su favorabilidad y la intención de voto.
De esta forma los ciudadanos somos manipulados no para votar por quien consideramos es la mejor opción para desarrollar proyectos en nuestro favor, sino para votar por el candidato que aparenta ser la mejor opción, pero resulta ser como los paquetes de papas, que cuando los destapas descubres que no son más que cuadro papas minúsculas en un empaque inflado para inducir su compra. En este sentido, la única opción es incentivar el voto de conciencia apegado a quienes realmente tienen trabajo social de base, también podemos optar por negarnos al sistema electoral y desde las calles construir y defender los cambios estructurales que requiere el país.
Me pareció muy bueno su artículo, la analogía de ensamblar una máquina para referirse a los candidatos refleja lo que ha pasado en las elecciones.
Hace mucho que dejamos de votar por ideales, ahora votamos por carisma y promesas que siempre son incumplidas
Los medios de comunicación, las encuestadoras y los asesores de marketing son quienes nos dicen por quién votar