LA HISTORIA TIENE UN LADO B
Dioselina Forero
La historia universal generalmente es observada y narrada desde solo un ángulo visual, escrita por lo vencedores, los conquistadores, los imperios, en fin, los poderosos; este formato deja invisibilizada las comunidades invadidas y arrasadas, dando lugar a otra narrativa, un lado B de toda historia.
Históricamente y hasta la fecha en todas las instituciones primarias y secundarias del país nos han enseñado -más bien adoctrinado- que el 12 de octubre de 1942, Cristóbal Colón a bordo de sus tres carabelas “descubrió América y trajo la civilización” a estas tierras desconocidas para el mundo europeo.
La colonización europea en América, que muchos defienden como descubrimiento, está lejos de serlo, en realidad fue operación de conquista violenta donde perecieron etnias enteras por la codicia de un imperio que quería saquear y apoderarse de las riquezas minerales, para así poder reabastecer su frágil economía.
Muchas etnias se opusieron a esta conquista y en completa desigualdad lucharon con fiereza y valentía contra el imperio español, desde luego en esa época como ahora, los rebeldes eran perseguidos y asesinados con saña y las comunidades eran amedrentadas y arrasadas. Desde esta perspectiva, el 12 de octubre de 1942 no fue un descubrimiento, sino el inicio de un Genocidio continuado que acabo físicamente con cientos de etnias, otras las arrasó culturalmente al cercenarles sus creencias e imponerles el catolicismo y las costumbres extranjeras.
No es posible deshacer el camino andado, lo que sí es posible es cambiar el paradigma histórico y no es olvidar el que conocemos, sino darle igualdad de opción y validez a las narrativas que documentan este pasaje de la historia como un Genocidio. Cobra importancia y fuerza la resignificación que se le ha venido dando al 12 de octubre, conmemorarlo como lo que es, día de la resistencia ancestral, darle voz a los miles de pobladores étnicos que como Atahualpa, Cacica Gaitana, Benkos Biohó, entre otros, encabezaron la resistencia de cientos de comunidades que se negaban a perecer o no querían renunciar a su cosmovisión ancestral.
Conmemorar la resistencia ancestral no es cuestión de un día festivo, debe ser una lucha consciente y dedicada día a día, donde se busque el restablecimiento de los derechos de los excluidos, la desaparición de las barreras, porque en ultimas somos una sola “raza”, todos somos humanos.
Muy buen artículo, nos han enseñado todo el tiempo a justificar y aprobar las masacres cuando son cometidas por un imperio
Deberíamos tumbar todas las estatuas que hay de los invasores españoles y reemplazarlas por los indígenas y negros que resistieron la invasión
Reivindicar la lucha y la resistencia ancestral es algo que debemos volverlo parte de nuestra vida y de nuestra cultura
Los indígenas lucharon contra los españoles y hoy continúan luchando contra las multinacionales que quieren apoderarse de nuestros recursos naturales