¡DIFAMAR! NO ES LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Damaris Izaguirre

El ingreso de un grupo de indígenas a las instalaciones de la Revista Semana, para protestar por el trato racista y difamatorio a la que esta revista constantemente los somete, nos debe llevar reflexionar sobre lo que los medios llaman libertad de expresión.

La gran mayoría de medios de comunicación no son imparciales y por ende no cumplen su deber ser que es informar, sino que publican su opinión con un objetivo específico que generalmente está ligado a los intereses particulares de los dueños de dichos medios, que están en consonancia con el pensamiento clasista y elitista del régimen.

Desde que los indígenas arribaron a la capital para apoyar la marcha ‘por la paz y por la vida’ convocada por el Gobierno, medios tradicionales como Revista Semana, Blu Radio y Caracol Radio, iniciaron una campaña de difamación y desprestigio del movimiento indígena. En ese ataque coordinado Gustavo Gómez dejó salir su racismo: “miembros de comunidades indígenas, como borregos, traídos de todos los rincones del país (…), se acerca uno y se descubre que es gente”.

Periodistas como Vicky Dávila para desprestigiar a su opositor político utilizan el viejo lema popular, ‘golpean al lobo hasta que muerde, para poder decir que él es malo’, esto se evidenció con el show mediático que desplegaron por un vidrio roto y un grupo de indígenas en la Recepción del Centro Ludovico que se hace llamar Revista. La incursión de los indígenas solo buscaba exigir respeto y rechazar el trato racista que este medio constantemente les da.

En Colombia muchos periodistas pospago como Vicky Dávila, Néstor Morales, Luis Carlos Vélez, entre otros, se escudan en la libertad de expresión para fabricar noticias que pongan en jaque al gobierno y deslegitimar el movimiento popular, además difaman a todo aquel que promueva o apoye un cambio social y político por minino que sea.

Es claro que expresarse libremente se refiere a decir lo que uno piensa, pero en ningún momento es una patente de corso para atacar libertades y derechos de los colombianos como el buen nombre, la igualdad, la libertad de pensamiento, la manifestación, entre otros. Ante los abusos de los medios y la impunidad que les brinda el fuero de ser prensa y periodistas, no queda otra que continuar utilizando los medios alternativos y las redes sociales para hacer oposición popular a la manipulación mediática.