LA SOLUCIÓN NO ES GASTAR MÁS
Claudia Julieta Parra
Subsanar el déficit de Gasto Social implica invertir recursos estatales, sin embargo, no toda inversión es benéfica, pues no se trata de ‘gastar por gastar’, sino invertir los recursos adecuadamente y que ello supere el asistencialismo y genere desarrollo integral eficaz.
Recientemente el Gabinete de Petro fue cuestionado por la baja ejecución presupuestal, según el Ministerio de Hacienda solo han ejecutado el 15,7 del presupuesto anual, mientras en las Comisiones Económicas del Congreso aseguran que para esta fecha se debió ejecutar el 50 por ciento. Sería muy grave que como el Gobierno ya presentó el Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2024, el Legislativo podría optar por decrementar los recursos destinados a los ministerios, algo lesivo para cualquier administración, más si se tiene en cuenta que desde la misma campaña el Presidente Petro se comprometió a minimizar el déficit de Gasto Social y disminuir la pobreza monetaria y multidimensional.
El problema adicional que se deriva de la baja ejecución presupuestal es que ante la premura del tiempo y el llamado de atención del primer mandatario, los Ministerios se apresuren y empiecen a hacer toda gama de contratos sin las debidas medidas de procedimiento y auditoría fiscal, lo cual podría resultar inconveniente para el erario, ya que podría terminar favoreciendo la corrupción existente en todas las esferas del Estado.
Más allá de si gasta mucho o poco lo realmente importante es que las ejecuciones presupuestales sean bien ejecutadas, no se trata de incrementar el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de intereses de Deuda Externa) , por el contrario, la política estatal debe centrarse en el gasto austero y en inversiones integrales que vayan más allá del gasto asistencialista y realicen programas que tengan como objeto el desarrollo de la producción nacional.
La reactivación y la solidez de la economía no se consigue gastando el Presupuesto Nacional de manera rápida y desmedida, sino aumentando el flujo de capital líquido y poder adquisitivo per cápita, lo cual tiene implícito la formalización del empleo y la generación de plazas laborales acorde a las necesidades de la población; es la única forma en la que se puede salir de la Recesión Técnica en la que está sumida el país por cuenta de nefastas políticas económicas, que se centran en el favorecimiento de una plutocracia reducida y no del conjunto de la sociedad y en especial las capas sociales medias y bajas.