LOS PÁRAMOS: FABRICAS DE VIDA

LOS PÁRAMOS: FABRICAS DE VIDA

Omaira Sáchica

El modelo capitalista acelera el Cambio Climático y sus efectos nocivos sobre el ambiente, dentro de estos se encuentran los ecosistemas paramunos determinantes en la producción de recursos hídricos y por ende imprescindibles para la subsistencia de la vida de las especies.

Los bosques de niebla o páramos se encuentran a partir de los 3.000 Metros Sobre el Nivel del Mar (MSNM), son biomas estratégicos que por su altitud y climatología retienen la humedad de la niebla y la transforman en agua, dando origen a un sinnúmero de canales freáticos que brindan agua potable a la población, verdaderas fábricas de agua en las que se origina el 70 por ciento del agua potable del país.

Colombia posee el 52,48 por ciento de los páramos del mundo, con 37 páramos registrados que abarcan 2.906.137 Hectáreas (Ha), biomas de alta montaña que albergan 1.119 especies de plantas vasculares –como frailejones, bromelias, quiches, arándanos, mortiños o uvas del monte–, de las cuales 75,24 por ciento son endémicas [1].

Los páramos están muriendo de calor

El cambio climático está generando movimientos altitudinales que amenazan todo el ecosistema de páramos; muchas especies tienen rangos y tolerancias térmicas muy reducidas, a medida que la temperatura aumenta son incapaces de subsistir; gran parte de estos desplazamientos que obedecen al cambio de temperatura, se ven exacerbados por actividades de utilización del suelo como la megaminería y la ganadería que tienen en riesgo al 73,8 por ciento de los páramos colombianos [2].

Según un Informe de las Universidades del Rosario y Javeriana sobre impactos del calentamiento global en los ecosistemas paramunos, uno de los bosques de niebla más afectados es el páramo de Chingaza, el encargado de producir el 80 por ciento del agua usada en Bogotá, que en el último año ha aumentado su temperatura en 52 por ciento; según una bióloga experta en páramos: “el cambio climático es una gran amenaza para estos ecosistemas en el largo plazo, pero en el corto plazo el uso del suelo provee la mayor amenaza, ya que actividades como la ganadería extensiva generan tala de los bosques y cambios de la acidez del suelo por el incremento de metano, a su vez la megaminería genera contaminación de los canales freáticos” [3].

Un biólogo Doctorado en Geografía Física de la Universidad de Estocolmo afirma que, “en menos de 20 años los páramos se convertirán en mosaicos, inmensas extensiones donde habrá parches de frailejones y otros parches de bosque, la vegetación debajo del páramo empezará a subir y el ecosistema, tanto a nivel biológico como visual, se convertirá en otra cosa diferente a la que hoy conocemos. La temperatura se va a incrementar en todos los países, pero por los impactos del uso del suelo subirá más en Colombia y Venezuela” [4].

Los páramos están en la parte más alta de las montañas y a medida que la Tierra se caliente van a ser empujados más y más hacia arriba. Y hay montañas que no son tan altas para que estos puedan seguir subiendo. En los próximos 30 años muchos de los páramos bajos de nuestro país tristemente serán reemplazados por bosques arbustales y pastizales para ganadería, es una realidad que solo con la movilización social y la lucha popular se podrá evitar, de lo contrario asistiremos a la extinción de los páramos y de los nacimientos de cientos de ríos.

Salvar el planeta implica cambiar el modelo

El modelo capitalista se ha centrado en la sobre industrialización, el consumismo extremo y la expoliación desmedida de los recursos naturales, lo que ha conllevado la degradación del planeta y nos ha arrojado a punto de no retorno; según expertos en Cambio Climático: “existe una creciente evidencia de que nos estamos acercando o ya hemos cruzado puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema terrestre, incluidas las capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia, la degradación de los bosques de niebla, calentamiento de los océanos, la deforestación de la selva y pérdida de biodiversidad del bioma amazónico” [5].

Están ampliamente documentados los daños en el medio ambiente ejercidos por las energías fósiles y la minería a gran escala, y su incidencia en el Cambio Climático, por consiguiente, frenar esta destrucción implica deponer el modelo extractivista y la utilización de la energía fósil, y trascender a un modelo de equilibrio ambiental donde la conservación de los biomas estratégicos esté por encima del consumo y la generación de riqueza. Desde luego implica una legislación ambiental que ponga realmente proteja los ecosistemas.

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[1] Informe de cuantificación de páramos y sus especies endémicas amenazadas. Instituto Humboldt, 12-08-2023.

[2] Los páramos de Colombia, en peligro por la minería y ganadería a gran escala. Mongabay, 12-08-2023.

[3-4] Altas temperaturas y depredación aceleran la muerte de los páramos. Mongabay, 08-08-2023.  [5] Científicos advierten sobre una emergencia climática inminente. Revista BioScience, 08-07-2023.

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