LA SOLVENCIA DE NUESTRA ECONOMÍA

LA SOLVENCIA DE NUESTRA ECONOMÍA

Chavela Villamil

La desaceleración económica actual, la persistencia del desempleo y el empleo informal como realidad laboral predominante, anuncian un panorama económico sombrío en el corto y mediano plazo, que exige disminuir el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de Deuda Externa) para dinamizar los mercados y estabilizar la economía interna.

La economía global atraviesa una crisis económica producto del modelo económico que concentra el capital en un grupo plutocrático minoritario, lo que incrementa incesantemente la brecha de desigualdad social; además los fenómenos macroeconómicos globales de las últimas décadas han generado una recesión en las grandes potencias, coletazo que afecta con mayor medida a los países dependientes de las economías exógenas, como es el caso de la economía colombiana.

Después de la contracción económica de casi el 7 por ciento que sufrió el país en 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) en 2021 tuvo una recuperación tipo rebote llevando el crecimiento al 10,6 por ciento, que prosiguió en el 2022 donde el PIB 7,7 por ciento; estas cifras ya mostraban una marcada desaceleración económica, pero para este 2023 las proyecciones económicas son nefastas ya que se estima que en el mejor de los escenarios el PIB no superará el 1,5 por ciento.

Decrece el mercado y el flujo de masa monetaria

La desaceleración de nuestra economía obedece en gran medida a una disminución del consumo de los hogares, que por obra de la inflación y el sostenido incremento del Costo de Vida ha perdido poder adquisitivo y se ha visto obligada a palear la situación a través de minimizar los gastos básicos.

El más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) refleja una marcada contracción del mercado, el 43,9 por ciento de las empresas reportaron una disminución de sus ventas, igual o superior al 36,7 por ciento de sus utilidades netas [1].

La economista principal de Scotiabank afirma que, “la desaceleración actual en buena parte obedece a la política financiera de incrementar la Tasa de Interés, lo que disminuye automáticamente el consumo de las clases medias y bajas, pero por refracción desacelera el PIB, porque al no existir poder adquisitivo solvente el mercado se hace inestable por shock de demanda. Creo que los próximos trimestres serán de bajo crecimiento y esto se sostendrá en el mediano plazo” [2].

El poder adquisitivo solvente dinamiza los mercados

El modelo económico tiene implícita la falacia de que el fortalecimiento de las mega empresas de capital privado genera desarrollo sostenible, en otras palabras, el Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), donde “la productividad y el desarrollo” lo sustentan en el favorecimiento fiscal y tributario de las grandes empresas, pretextando que si estas empresas aumentan su riqueza, esta supuestamente “se derramaría por goteo hacia las capas medias y bajas de la sociedad”.

Los países que por décadas han aplicado el TDE en su economía no han logrado minimizar la brecha de desigualdad social, ni han incrementado el poder adquisitivo per cápita; por el contrario, a medida que los dividendos del capital privado se incrementan los ricos se vuelven más ricos, se pauperiza el sector asalariado y crece el empleo informal, lo cual aumenta la brecha de pobreza y desigualdad. Keynes sostienen que la crisis económica no existe debido a la escasez de recursos, sino por la escasez de demanda, que provoca que no se consuma lo suficiente como para tener que producir una cantidad de bienes que dé trabajo a todos”; en otras palabras, la dinamización de la economía depende del fortalecimiento del poder adquisitivo de las personas y no de las rentas de las mega empresas.

Un modelo que se base en la autosostenibilidad

La evidente recesión económica en la que nuestro país se sume aceleradamente, más que ser una consecuencia de la crisis global, obedece a políticas económicas regresivas impuestas por el Estado y exacerbadas con la Apertura Económica de los 90.

La dinamización, reactivación y solidez de la economía requiere desmontar las excesivas exenciones tributarias a las mega empresas y un sistema financiero redistributivo; además, es necesario el aumentando el flujo de capital líquido, la creación de nuevas plazas laborales y la formalización del empleo, lo que incrementa el poder adquisitivo per cápita y a su vez fortalece el sistema productivo nacional.

La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, en especial en subsidiar capas bajas de la sociedad, además el desarrollo sostenible debe tener como eje central el aumento del poder adquisitivo per cápita; en otras palabras, como sociedad debemos luchar por una política económica que disminuya el Gasto Corriente (burocracia, guerra, pago de Deuda Externa) a la vez que incrementa de manera integral el Gasto Social.

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[1] Más del 40 por ciento de los empresarios colombianos reportó una disminución de sus ventas. Valora Analitik, 30-08-2023.

[2] Continúa el decrecimiento de la economía colombiana. Valora Analitik, 29-08-2023.

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