LA MEDIA POLÍTICA

LA MEDIA POLÍTICA

Comandante Antonio García

Estamos viviendo una era donde el discurso político está subordinado al discurso mediático, dándose una pérdida de autonomía de los políticos y una excesiva influencia de los medios de comunicación en la opinión pública nacional e internacional.

En los últimos años, hemos sido testigos de un incremento en el uso de estrategias para manipular el pensamiento y el comportamiento humano como parte de una guerra cognitiva. Esta combinación de desinformación, ingeniería social y estrategias psicológicas ha sido empleada por diversos actores en los ámbitos político, económico y social. En Colombia, América Latina y el mundo, las élites han utilizado la manipulación de la opinión pública como una herramienta para influir en el «Control Social».

En el caso colombiano cada Grupo Económico ha construido una trinchera estratégica mediática desde donde se irrumpe y se direcciona para posicionarse en los escenarios de poder: económicos, políticos, militares, judiciales y por supuesto culturales.

Un ejemplo concreto es el Grupo Gilinski, donde Jaime Gilinski Bacal junto a su hijo Gabriel encabezan el Grupo, un imperio empresarial familiar en constante crecimiento, actualmente conformado por: Publicaciones Semana (que involucran las revistas Semana, Dinero, Jet-Set, Soho y Semana Rural), Nutresa, Rimax, Yupi, Grupo Argos, Banco GNB Sudameris, Servibanca, Lulo Bank y los medios de comunicación El País de Cali y el Heraldo de Barranquilla. Jaime se ha enfocado en los negocios bancarios y multinacionales, estableciendo diferentes alianzas con personas con grandes capitales, entre ellas el hermano del Presidente de Emiratos Árabes, Jeque Tahnoon Bin Zayed Al Nahyan, quien recientemente articuló con los Gilinski para la compra de Nutresa bajo el nombre de su empresa International Holding Company. Su hijo Gabriel ha invertido en el negocio hotelero en Bogotá y Cartagena, además de interesarse en crear un emporio de medios de comunicación.

Luego de su tránsito por varios medios como RCN, la FM y W Radio, Vicky Dávila terminaría como directora de la Revista Semana produciendo una serie de renuncias de importantes periodistas que llevaban bastante tiempo en el medio. Los mismos periodistas señalaron que Gabriel Gilinski recordaba cada tanto que era uribista y trumpista, que su objetivo era hacer de Semana un Fox News criollo y era claro en que no le gustaban las críticas contra Álvaro Uribe.

Con la dirección de Vicky y bajo las instrucciones de Gilinski, la Revista Semana tuvo su mejor momento durante el gobierno de Iván Duque. Su alcance se acrecentó por la permanente pauta que el gobierno pagaba a dicho medio para usar su estrategia digital; este “respaldo económico” de Duque al finalizar su gobierno en 2022, permitió a este medio tener el mayor alcance en plataformas digitales en todo el país. A partir de esto, ocupó un lugar central en la campaña por los candidatos a la presidencia de 2022 que contaban con el beneplácito del uribismo. Empezó con ‘Fico’ a quien se le otorgó un programa en las plataformas de Semana y, al ser derrotado, decidió apoyar la campaña de Rodolfo Hernández. Ante el triunfo de Petro y la falta de un liderazgo sólido en la oposición, Semana se ha encargado de hacer una oposición mediática contra el gobierno y, especialmente, de los sectores populares al interior del Pacto Histórico.

Sin embargo, es necesario tener en cuenta que desde cuando Petro fue alcalde de Bogotá ha tenido una buena relación con el banquero Gilisnki, tanto que sus bancos le otorgaron créditos para sus campañas políticas presidenciales de 2018 y 2022. Esto explica por qué Petro no intercedió en la pugna Gilinski-GEA beneficiando a los primeros en sus pretensiones.

A pesar de esto, la Revista Semana no ha escatimado esfuerzos en jugar de alfil en el ajedrez de la oposición al gobierno. Para esto se ha valido de titulares y noticias sensacionalistas cuyo principal ingrediente es la posverdad movilizada a través de redes sociales y plataformas digitales, especialmente Twitter e Instagram. A partir de esa intención surgió el escándalo que la Revista Semana ha denominado “Proceso 15.000”.

Los medios abren camino y posicionan, para que al final “el dinero” continúe definiendo “la política”; cuando en una democracia debería ser al revés: la política poniéndole orden al poder económico. En otras palabras, la gente debe estar por encima del dinero. Podríamos decir que estamos en los tiempos de la Media Política: los medios definiendo la política, como diría el Gabo una vaina ‘medio huevo’.

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