LA BUROCRACIA FOMENTA LA DESIGUALDAD
Damaris Izaguirre
Mitigar la desigualdad fue una de las principales promesas de Petro y Francia durante la campaña presidencial, sin embargo, está por verse si las acciones del gobierno van a llegar a ser consecuentes con su lema de Vivir Sabroso.
Hablar de un Ministerio de Igualdad en un país donde la desigualdad ha imperado por siglos, para sostener los privilegios de una clase dominante minoritaria y su régimen, crea expectativas en los empobrecidos y excluidos; pero las definiciones anunciadas para colocar en marcha dicho Ministerio, cuestionan que vaya a ser una cartera para mitigar la desigualdad, porque se asemeja a los estamentos burocráticos tradicionales.
El Decreto 1075 de 2023 establece la estructura del Ministerio de la Igualdad, con cinco Viceministerios, 20 Direcciones Generales y 10 oficinas que dependen del despacho de la Ministra; en total esta cartera contaría con cerca de 774 funcionarios, cuya nómina costará 3.750 millones de Pesos al mes, 45.000 millones al año.
El Exministro de Hacienda J. A. Ocampo, criticó la organización del nuevo Ministerio por considerarla muy costosa, tanto, que ninguna otra cartera tiene esa misma magnitud; esto recomendó: “la estructura propuesta para el Ministerio de la Igualdad debe ser simplificada radicalmente: no cinco sino máximo dos Viceministros, como en otros Ministerios; no 20 Direcciones Generales sino unas 5; y ningún delegado en los departamentos”.
La mitigación de la desigualdad es difícil de lograr con instituciones paquidérmicas y funcionarios que ganan nueve veces lo que devenga un trabajador asalariado, esto desdibuja la anunciada política de austeridad y poco cumple con ser el Gobierno del cambio.
Los colombianos estamos hartos de la demagogia, más que necesitar, exigimos cambios que deben iniciar por funcionarios públicos que no gasten a manos llenas el dinero de nuestros impuestos, que en cada institución o decreto que hagan no vean una oportunidad de hacer negocios y un espacio para acomodar a sus amiguetes. Urge que el gobierno actúe de manera consecuente, no hay que olvidar que nuevos estallidos sociales se incuban y que cuando la injusticia se hace ley, la revolución se hace justa.