MAFIA Y CORRUPCIÓN ES LO MISMO
Sergio Torres
Oscar Iván Zuluaga es puesto en evidencia e imputado por la entrada de dineros de Odebrecht a su campaña de 2014. Otra campaña presidencial de los seguidores de Uribe en la que se descubre la financiación ilegal vinculada con mafias criminales.
Un nuevo caso de corrupción al interior de los partidarios de Uribe es puesto en evidencia, al conocerse los audios en los que Oscar Iván Zuluaga confirma que conoció sobre la entrada de 1.600.000 Dólares de la constructora Odebrecht a su campaña presidencial de 2014. En las investigaciones sobre esta trama de corrupción, habían pruebas que vinculaban integrantes del Partido Centro Democrático creado por Uribe, sobre los que el propio Zuluaga había declarado su desconocimiento e inocencia.
Uno de los funcionarios de la campaña, Daniel García Arizabaleta, que venía siendo procesado por la presencia de dineros de Odebrecht en la candidatura, fue quien hizo las grabaciones y las entregó como pruebas, contra el entonces candidato Zuluaga. García Arizabaleta fue Director de Coldeportes en el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) y en la campaña de 2014 fue uno de los más cercanos a Zuluaga. Sin embargo, como ocurre en todas las mafias, no soportó ser el único acusado y al ser expulsado del Centro Democrático, decidió armarse de pruebas y evidenciar el pleno conocimiento que tenía Zuluaga de todo lo que pasaba en su campaña.
Así fue que en febrero de este año, García Arizabaleta entregó las grabaciones a los entes investigadores. Esta semana dichos audios se dieron a conocer públicamente. Uribe Vélez volvió a fingir sorpresa y desconocimiento. El Centro Democrático se deslindó de Zuluaga pero igual sumó otro miembro de alto perfil en esta colectividad, imputado por corrupción y al borde de ir a la cárcel.
Los “buenos muchachos” de Uribe
Con esta nueva denuncia, imputación de cargos y segura condena, el partido creado y dirigido por Álvaro Uribe Vélez confirma que es realmente el mayor representante de la corrupción en Colombia. Sus lógicas y principios están basadas sobre todas las formas de criminalidad. En este nuevo caso, aflora además el comportamiento típico de las mafias que se declaran fidelidad, pero se carcomen entre sí.
El uribismo tiene en su registro unos “buenos muchachos” ejemplares de su estirpe, bendecidos por el propio Uribe Vélez. Para la muestra algunos botones:
Andrés Felipe Arias, ex ministro de agricultura durante el primer gobierno de Uribe y el escogido para sucederlo en la presidencia. Actualmente condenado a 17 años por el robo de Agro Ingreso Seguro. Sabas Pretelt y Diego Palacios, este último quien fuera ministro de protección social desde 2003 hasta el 2010, fue vinculado en la llamada “Yidispolitica” y condenado a seis años de cárcel por la compra a congresistas para que votaran la reelección presidencial de Uribe en 2006.
La Agencia estatal de espionaje el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), fue otro de los grandes operadores del crimen auspiciado desde el uribismo. Allí también se comprobaron los “buenos” oficios de Jorge Noguera Cotes, quien fue condenado a 25 años de cárcel por concierto para delinquir; y María Del Pilar Hurtado, 14 años de prisión, por ordenar las intervenciones telefónicas ilegales a todos y todas las críticas del entonces presidente, en lo que se conoció como el escándalo de las ‘chuzadas‘.
El excomisionado de paz entre 2002 y 2009, Luis Carlos Restrepo, que no tuvo ningún reparo en orquestar la falsa desmovilización de un supuesto frente Cacica la Gaitana de las FARC, y los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada de las AUC. Por estos delitos, sigue prófugo de la justicia en Norteamérica.
Podría hacerse una lista larga de todos y todas las funcionarias, ministros (as) y congresistas denunciados, imputados y condenados, los dos mandatos de Álvaro Uribe Vélez estuvieron plagados de escándalos por corrupción, todos con trascendencia en los medios. Las candidaturas impulsadas también están vinculadas a la ilegalidad. Y los gobiernos donde gobernó en cuerpo ajeno siguen arrojando estas mismas evidencias.
Al patrón nadie lo toca
En la metamorfosis de Uribe Vélez pasó de ganadero traqueto agresivo, el de “le doy en la cara marica”; hasta la actual, de abuelo a quien todas las cosas le ocurrieron a sus espaldas, nunca se entera de nada y se mantiene completamente crédulo de sus “hijitos”. Una pose claramente falsa con la que busca, así sea bajo esta imagen, seguir evadiendo la justicia que tantas veces invocó, una clara muestra de cinismo y cobardía.
Mientras sigue viendo el desfile de sus muchachos hacia la cárcel y el desmorone de su estructura criminal, quedará cada vez más solo. Ellos, los fanáticos de la posverdad, de la mentira que repetida mil veces se convierte en verdad, lo único que han logrado ratificar y confirmar como una verdad, es que sus principios son la falsedad, el engaño y el crimen.