LA REPRESENTATIVIDAD NO ES DEMOCRACIA

LA REPRESENTATIVIDAD NO ES DEMOCRACIA

Damaris Izaguirre

La democracia burguesa se basa en el mito de la representatividad, bajo el supuesto que con la elección popular se escoge un grupo selecto para velar por los intereses de todos; pero, estos supuestos representantes se comportan como mercaderes políticos vendidos al mejor postor.

El sistema democrático electoral imperante no es más que un mito, que instrumentaliza los sueños y anhelos de los excluidos y empobrecidos, aprovechándose de la penuria a que los somete el sistema dominante, les compra su voto a cambio de tejas, cemento, mercados y promesas de cambio, que después pasadas las elecciones se disipan en el aire; por esto, la gran mayoría de Partidos y sus candidatos son verdaderos ‘vendedores de humo’, que negocian con el régimen para no afectarle sus intereses.

Los cargos públicos de elección popular se convirtieron en una mafia, donde lo último que importa son las ideas políticas y la intención de transformar la sociedad; lo que funciona son contactos  de los padrinos políticos y tener la plena disposición de defender a ultranza los intereses de las multinacionales y del régimen instaurado desde hace más de 200 años; este régimen corrompido ha permitido que la denominada clase política monopolice cargos estatales de manera vitalicia, consolidando clanes políticos como el de los Char, Gaviria, entre otros, quienes como Vito Corleone quitan y ponen funcionarios.

La Rama Legislativa nunca ha sido la encargada de hacer leyes que armonicen la sociedad y le den una mejor calidad de vida a todos los colombianos, por el contrario es un espacio totalmente corroído por la corrupción, donde los Congresistas sin importar el tinte político representan intereses oligopólicos y en función de estos orientan sus esfuerzos legislativos; como acaba de ocurrir con las Reformas propuestas por Petro, que aunque no transformaban el modelo económico si permitían pequeños beneficios a la ciudadanía y la clase trabajadora, pero como afectaban los intereses de los grandes empresarios, sus representantes legislativos se las arreglaron para tumbar dichas Reformas.

La única solución que nos queda es deponer el viejo y corroído sistema político y rescatar el verdadero y depuesto modelo democrático, en otras palabras, elegir a las personas por sus ideas e intención de democratizar los bienes comunes y públicos, dándole prelación a los colombianos empobrecido y excluidos históricamente.

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