EL CAMINO ES LA UNIDAD
Damaris Izaguirre
El Estallido Social demostró que la unidad popular es una fuerza poderosa que puede lograr las transformaciones sociales negadas históricamente por el régimen. Tesis que cobra vigencia al ver que el Senado niega incluso reformas que son cosméticas.
El Gobierno del Cambio se alzó con la victoria gracias a que instrumentalizó las exigencias del Estallido Social, y a través de la publicidad política se posesionó como la opción electoral que podría representar a Los Nadie, dispuesta a cumplir los cambios y transformaciones sociales prometidos durante la campaña.
Pese a que Petro y Francia durante la campaña se plantearon como una opción política que obedecía a los intereses mayoritarios del pueblo, este fundamento empezó a quedar en vilo cuando inició la conformación del Gobierno, donde las fuerzas políticas de izquierda y progresista quedaron en amplia minoría, y la representación de la clase popular casi que fue excluida, en cambio, llamaron a los mismos políticos que han sido el lastre de la democracia y nefastos para el desarrollo social integral de Los Nadie, todo bajo la quimera que de esta manera construirían capacidad de gobernabilidad, pregunto, ¿se puede construir el cambio gobernando con los mismos de siempre?
Las Reformas planteadas por el Gobierno y muchas de ellas convertidas en Congreso en Frankenstein -colcha de retazos sin su esencia política original-, y otras hundidas por los Partidos tradicionales llamados por Petro a ser coalición de Gobierno; están lejos de ser transformaciones al modelo económico o a la Doctrina de Seguridad, simplemente son cambios cosméticos, una ‘raya más en el tigre’ que suaviza el neoliberalismo dándole sabor a fresa; pero aun así las élites dominantes se niegan a ceder un ápice en sus privilegios.
Los hechos indican que este Gobierno del Cambio no es capaz de realizar las transformaciones de fondo que la mayorías empobrecidas y excluidas exigen a gritos, mientras el régimen pugna por recomponerse, en simultáneo a la fantasía de que llegaron los cambios, ¡pero todo sigue igual! El cambio no puede ser retórico o poesía de Neruda, los cambios deben ser sustanciales y tangibles, pero estos no llegarán de manos de ningún Gobierno así se autodenomine del cambio, estos llegarán de manos de la unidad popular y social, de la lucha determinada y decidida de Los Nadie.
Petro aprovecho los sueños y las ilusiones de los que protagonizaron el estallido social para que votaran por él, pero a penas gano, los dejo en el olvido y empezó a gobernar con los de siempre. No se les haga raro que por la época de las elecciones locales se vuelva a acordar de los pobres y luego los vuelva a olvidar. Ese es el circulo vicioso de la política rancia que se atornillo en el poder. ¿Dónde quedo el cambio?