DESINFORMACIÓN Y GOLPES MEDIÁTICOS
Omaira Sáchica
Como sociedad hemos permitido demasiada injerencia a los medios de comunicación, que hace mucho dejaron de ser agencias informativas para convertirse en empresas manejadas por los emporios económicos, con el objetivo de manipular y construir opiniones favorables al régimen.
La manipulación informativa radica en el control de las ideas y el posicionamiento de matrices mediáticas, bajo el concepto de que lo que se repite constantemente -así no sea verdad o sea una falacia-, cala entre el público y se convierte en “verdad absoluta”. Joseph Goebbels (Ministro para la Ilustración Pública y Propaganda de Hitler entre 1933 y 1945) planteó que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Para sostener el régimen y el oligopolio dueño de los medios de comunicación, recurren a la omisión de información, las verdades a medias, la propagación de rumores o la desinformación, la descontextualización y la instrumentalización del lenguaje, entre otros.
Los pequeños cambios que ha traído o que por lo menos a intentado desarrollar este Gobierno, incomodan notoriamente al régimen y a los emporios dueños del país, por lo cual tratan de desestabilizarlo de diferentes formas, no para deponerlo sino para debilitarlo y poder negociar un reacomodamiento del viejo régimen.
La estrategia de la oligarquía y el régimen es un ataque direccionado desde diferentes flancos, por un lado neutralizan la gobernabilidad de Petro bloqueando los proyectos de ley que cursan en el congreso; por otro lado, crean Noticias Falsas y manipulan los hechos irregulares que vinculan a funcionarios del Gobierno, para achacarlos a Petro y socavar el apoyo popular, que quedó demostrado en la pasada movilización del 7 de junio.
Esta semana se hizo mucho más evidente la parcialidad de la Revista Semana, propiedad del banquero Jaime Gilinski Bacal, quien dejó de ser un medio de información para ejercer oposición política frontal contra Petro, al tomar un hecho claro de abuso de poder por parte de una funcionaria del Gobierno y convertirlo en toda una novela de ciencia ficción, que busca afectar de manera directa a Petro y su gobernabilidad. Esto nos deja claro la urgencia de la democratización de los medios de comunicación y la masificación y consolidación de los medios alternativos, para fortalecer la democracia y romper el monopolio que las empresas de comunicación han impuesto, buscando evitar que la sociedad se movilice por las transformaciones sociales que el país necesita.