EL FIN ÚLTIMO
Antonio García, Primer Comandante del ELN
Se dice que la filosofía política ha ido girando desde sus orígenes hacia el análisis del fenómeno social llamado: Poder; y por tanto de su aplicación en la vida de las sociedades.
En dicha aplicación nos encontramos la relación entre los «medios» y los «fines» y, por tanto, su relación con la ética. Como se diría correctamente: «el fin no justifica los medios», siempre debe haber correspondencia. Pero no, es lo que nos diferencia a los revolucionarios, auténticos demócratas y humanistas, de los círculos de poder excluyente de los Estados Capitalistas.
Para ellos alcanzar el fin, sus propósitos, dan vía libre a los medios que les permitan alcanzarlos. Podemos colocar muchos ejemplos de nuestro día a día y nos podrá clarificar de qué lado estamos.
Es muy conocida la famosa frase: «es un asunto de Estado», con ello se le da patente de corso para aplicar cualquier barbaridad. Claro, se entiende que el Estado Capitalista es «el fin último», al decir de Hegel y de sus continuadores como Fukuyama y, por tanto, hay que hacer todo lo que esté al alcance para defenderlo.
Está muy extendida en las agencias de inteligencia de los Estados, sea de la Policía, Ejército y Fiscalía, la aplicación de estos «principios», la defensa a ultranza del Estado, donde para conseguir información que les permita combatir las «amenazas», se recurre a la tortura, el chantaje y la amenaza contra las familias de quienes pueden entregar información; en las agencia de inteligencia es la práctica generalizada y normalizada.
Ya hemos entregado a comisiones humanitarias, donde el CICR ha estado presente y otras instituciones humanitarias, a un alto número de niños que fueron reclutados mediante chantaje por las Fuerzas Armadas del Estado para cumplir labores de inteligencia. Podríamos preguntar si hay alguna institución del Estado colombiano o internacional o de la Sociedad que pueda revisar este tipo de prácticas.
De otro lado, hemos dicho que el ELN nada tiene que ver con el Narcotráfico, y los medios de información transmiten lo que las Fuerzas Armadas del Estado les dicen, sin comprobar nada. Capturan un laboratorio y se lo achacan al ELN, pero no hay capturados, no dicen a nombre de quien estaba, sólo su palabra. El objetivo es hacer creer que el ELN está involucrado en el narcotráfico, el Estado colombiano y la DEA han realizado varias operaciones para involucrarnos, pero hemos sabido combatirlas, ellos lo saben. Es un asunto a ser dilucidado en un espacio de debate donde pueda confrontarse la des-información.
La DEA induce a un incauto, le entrega el dinero para que compre cocaína, luego lo inculpa, lo captura y lo extradita. El verdadero responsable por inducir y financiar funge como autoridad «pura» castigando un delito. El delincuente termina acusando al que indujo y le entregó los recursos para cometer el delito. ¿Esto cómo puede llamarse? Todo está justiciado, hacer creer que se defiende la ley y la autoridad. «El fin justifica los medios»: mostrar delincuentes para poder seguir existiendo.
Para ponernos en actualidad, las famosas «Chuzadas» también son prácticas de esta misma naturaleza, para defender el «fin último». Lo novedoso es que los «propios chuzadores», los «chuzadores chuzadores», ahora terminan investigando a los «chuzadores de trabajadoras domésticas».