Himelda Ascanio
El 2022 con un saldo de 189 líderes y lideresas asesinados fue uno de los más letales desde 2016, en lo que va de este año la cifra asciende a 66 líderes y 14 excombatientes asesinados, además de 37 masacres; desde la posesión de Petro han asesinado 134 líderes populares.
Los liderazgos comunales con 30 casos y los indígenas con 10, concentran el 60 por ciento de los crímenes de este año, manteniendo la misma tendencia de años anteriores; les siguen los campesinos con 8 casos, sindicales y afros 4 cada uno y otros sectores como artistas, Lgbti y políticos de tendencia de izquierda 10 casos [*].
El 50 por ciento de los ataques contra líderes comunales se concentran en Putumayo y Cauca, seguido por Tolima y Bolívar; el 62 por ciento de los ataques a liderazgos indígenas ocurrieron en Nariño y Cauca afectando principalmente los pueblos Nasa, Kokonuko, Misak y Awúa, seguido por Chocó y Antioquia donde los pueblos Embera y Wounaan sufrieron los ataques principalmente en la ciudad de Quibdó y municipios como Nuquí, Urrao, Dabeiba y Turbo.
En referencia a los ataques contra líderes campesinos Arauca registra la mayoría seguido por Cauca y Cesar; los sindicalistas sufrieron los ataques principalmente en el Valle del Cauca, seguido por Arauca y Santander; mientras que los líderes afros fueron más atacados en los departamentos de Cauca y Nariño. En el departamento de Antioquia se mantiene la concentración de ataques contra líderes en el Bajo Cauca y Nordeste, sin embargo se analiza que a finales del año pasado y lo corrido de este los ataques se expandieron para las subregiones del Norte, Oriente, Suroeste, Urabá y Valle de Aburrá.
En los departamentos que concentran la mayoría de asesinatos persisten conflictos asociados a la explotación de recursos naturales e intereses económicos, los que han contribuido a la estigmatización y victimización de líderes y lideresas que venían edificando procesos en torno al fortalecimiento de procesos étnicos y la preservación de saberes ancestrales.
En cuanto a los perpetradores del exterminio de líderes populares las Fuerzas Armadas son responsables del 8 por ciento de casos, el Clan del Golfo registra el 44 por ciento y las llamadas disidencias el 42 por ciento, es decir que el 86 por ciento de asesinatos ocurren mediante operaciones paramilitares desarrolladas desde las Fuerzas Armadas y otros organismos de seguridad aplicando las Doctrinas y Manuales de Operaciones Encubiertas Negables.
Medidas de bajo impacto en la realidad
El Presidente Petro para contener la álgida situación humanitaria lanzó en agosto de 2022 el Plan de de emergencia para la protección de líderes y lideresas sociales y recientemente pidió un informe a la Fiscalía sobre el avance en las investigaciones para determinar los responsables de tales crímenes, que ya supera el 95 por ciento de impunidad.
Las medidas de Petro han mostrado resultados deficientes por la falta de articulación de acciones concretas que afronten las causas estructurales, como la Doctrina de Seguridad que habilita la imposición de un modelo económico agresivo para las comunidades, tanto en impactos socio ambientales como en la persecución y exterminio continuado de los liderazgos populares.
Como medida de corto plazo urge activar campañas comunicacionales en función de legitimar la labor de la defensa de Derechos Humanos y quitar los imaginarios de criminalización, un fenómeno que ha terminado por normalizar la práctica de exterminio de los líderes, lideresas y excombatientes en sus territorios.
Los silenciados de esta semana
Herlinson Libardo Mora Rodríguez era Presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Guavaron y delegado a Asojuntas por el municipio Sácama ante la Federación Comunal de Casanare, fue asesinado el 19 de mayo en la vereda Santo Domingo de Tame, Arauca.
Víctor Manuel Caicedo Nuñez, excombatiente asesinado el 20 de mayo en la Inspección de La Paz jurisdicción de El Retorno en Calamar, Guaviare.
Sobre el jarillón del río Tapias ubicado en el caserío Pelechuca zona distrital de Riohacha, La Guajira, el 21 de mayo encontraron cinco costales con restos humanos, se presume que son tres el número de víctimas.
En el corregimiento de Chochó en Sincelejo, Sucre, el 21 de mayo perpetraron una masacre que dejó tres víctimas identificadas como Osmar Padilla, Daniel Aguas y Hugo Camargo.
Libia Quiguanás era médica ancestral del pueblo Nasa, el 22 de mayo fue secuestrada junto a su pareja Telésforo Ipía en la vereda La Mina del Resguardo Jambaló, Cauca, dos días después la Guardia Indígena halló los cuerpos sin vida con heridas de arma blanca.
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[*] Informe: Silenciando la esperanza. Pares, 19-05-2023.
