TRASCENDEMOS DE LO FÍSICO A LO ESPIRITUAL

TRASCENDEMOS DE LO FÍSICO A LO ESPIRITUAL

Marfa y Elena Blanco

La maternidad generalmente esta asociada a la acción biológica del alumbramiento, sin embargo, ser madre es algo que trasciende lo físico y transcurre a los sentimientos, incluso interviene en la construcción de nuevos saberes sociales.

Las madres más allá de amamantar y generar vínculos afectivos, intervenimos directamente en los patrones de crianza, que en ocasiones debido a la cultura patriarcal heredada introducimos conductas que acentúan el machismo y masculinidades erróneas, como es la asociación de los colores al genero como: rosa para las niñas y azul para los niños o que los niños juegan con carros y las niñas con muñecas y que llorar es para las niñas; desde luego estos patrones de conducta aunque son generacionales son errados y en estos tiempos vienen siendo superados por las madres de ahora y las futuras; lo que no solo gesta nuevos saberes, sino que construye personas libres de prejuicios de genero y en completa libertad de explorar y desarrollar la sensibilidad humana, eje esencial para construir una sociedad más justa y humana.

Cada madre en cualquiera de sus condiciones de vida tiene su propia realidad, para unas más favorables, para otras con mucho más sacrificio porque el hambre, la desigualdad y la falta de oportunidades no permiten dar a nuestros hijos una vida digna. Las guerrilleras vimos en la lucha revolucionaria la posibilidad de cambiar estas condiciones, aunque esto signifique el sacrificio de no poder criar de cerca a nuestros hijos, pero no se puede ver como una renuncia a la maternidad, por el contrario, es un sacrificio  que nos ‘parte el alma en dos’; algo que en ocasiones no se entiende y lleva a que nos juzguen a la ligera, sin entender, que  renunciar a estar cerca de nuestros hijos es un acto que denota amor profundo.

La maternidad sin duda es algo que nace del alma y que cada una de nosotras la desarrolla de distintas formas y maneras, incluso  sin haber dado a luz ejercemos el rol materno con un sobrino, o simplemente con chiquillos que están desprotegidos y requieren de nuestro amor y protección integral. Las madres biológicas o espirituales trascendemos en el tiempo, como campesina que labra la tierra, nosotras día a día labramos el alma y los corazones buscando una sociedad donde el eje sea el sentir. A todas nuestras madres gracias y no debemos desfallecer, porque nuestros hijos son el futuro.

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