LEJOS DE REACTIVAR LA ECONOMÍA
Chavela Villamil
La mínima baja de la inflación y un leve incremento en el consumo han generado la falacia de que “la inflación esta tocando techo”, lo que han usado para sustentar que “la economía empieza a reactivarse”, hechos positivos que no representan superación de la crisis económica.
Las presiones inflacionarias, las interrupciones en las cadenas de suministros y la Deuda Externa (DE) tóxica, entre otros, llevó a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajará la proyección de crecimiento del PIB para Latinoamérica y el Caribe a 1,2 por ciento para este año y para Colombia la proyección será de 1,0 por ciento; proyección que coincide con el más reciente informe del Banco de la República, que estima este indicador en 0,84 por ciento, que reafirma lo que dijo meses atrás sobre que ‘el país se encuentra en Recesión Técnica’ [1].
La dependencia de la economía exógena es inflacionaria
La dependencia que tiene Colombia de economías foráneas y el gran volumen de importación de materias primas, productos básicos y suntuarios traslada los efectos inflacionarios globales a nuestra economía, esto no solo impacta el valor de los productos sino que además deprecia el Peso.
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) durante el mes de abril la inflación fue de 12,82 por ciento, lo que equivale a una disminución de 0,52 por ciento, sin embargo, es muy pronto para catalogar esta fluctuación como el inicio de una depreciación de este indicador. Además debemos tener en cuenta que a nivel global la ola de inflación aunque es fluctuante continúa sin decrecer, y que continúan sintiéndose muy duramente sus efectos en el costo de vida de la población; los productos básicos continúan con costos insostenibles, por ejemplo, el kilo de papa está en 2.100 Pesos, un huevo 600 Pesos, la libra de carne regular 16.500 Pesos, entre otros.
El PND incrementa el déficit fiscal
Recientemente fue aprobado el Plan Nacional de Desarrollo (PND) que tiene un costo de 1.155 billones de pesos, de estos un 12 por ciento se destina a la convergencia regional, 10 por ciento a la transformación productiva, 64 por ciento a la justicia social, 4 por ciento a la alimentación básica, y 2,5 por al ordenamiento del territorio alrededor del agua. Resulta ser insuficiente para mitigar el impacto del hambre y la desigualdad en las capas sociales medias y bajas, toda vez que se centra en el asistencialismo, pero no desarrolla una política integral encaminada a la generación de empleo digno y bien remunerando, no invierte en el desarrollo de los canales productivos industriales y agroindustriales del país, ni mucho menos modifica la política económica y comercial que basa nuestra economía en Tratados de Libre Comercio (TLC), que hacen inviable la producción nacional y dependientes de la importación de materias primas y productos con plusvalía.
El PND deja intacta la fracasada doctrina neoliberal del Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), donde “la productividad y el desarrollo” se sustentan en el favorecimiento fiscal y tributario de las grandes empresas. Está más que demostrado que los países que han implementado el TDE no han logrado mitigar la brecha de desigualdad, por el contrario esta se ha incrementado, conforme el capital privado aumenta, decrece el sector productivo laboral asalariado y prolifera la informalización del empleo.
La reactivación económica que requiere el país exige incrementar el poder adquisitivo per cápita, pero esto no es posible sin disminuir el margen de utilidades de las grandes empresas, al igual que resulta necesario incrementar la tributación de las personas naturales y jurídicas que posean grandes capitales.
Necesitamos otro modelo económico
La política económica del país debe estar fundada en favorecer a todos los colombianos, en especial en subsidiar capas bajas de la sociedad, y el desarrollo sostenible debe tener como eje central el aumento del poder adquisitivo per cápita, y no los beneficios fiscales y tributarios a los grandes empresarios.
La dinamización de la economía requiere un modelo económico que tenga como base el aumento del poder adquisitivo per cápita, el desarrollo integral y el fortalecimiento del sistema productivo nacional y romper la lógica antifinanciera de una Deuda Externa tóxica e impagable que asfixia el PIB y devalúa el Peso; además necesitamos recortar los gastos suntuarios y disminuir, a su vez basar el crecimiento económico en el desarrollo y la productividad y no en el incremento de las ventas.
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[1] Proyecciones de crecimiento económico de Colombia para este año no superan el 1 por ciento. Valora Analitik, 10-05-2023.