ESE «MUERTO FUE MATADO»
Antonio García, Primer Comandante del ELN
El 11 de mayo algunos medios de información como RCN Radio mencionaron la muerte de Bob Marley, sólo para decir que había fallecido en 1981 a la edad de 36 años. Pero como es costumbre, sólo dijeron verdades a medias o falsedades completas. Si bien uno se muere cuando lo matan, hay diferencias entre «muerto» y «matado».
Como decía el Gabo: ese «muerto fue matado».
Los líderes, en cualquier ámbito de actividad humana, si se salen del control del Estado o afectan los intereses del poder mundial, como las células cancerígenas fuera de control -diría ese poder mundial o imperial-, son considerados «amenazas» y por tanto se orienta su «asesinato».
En el continente americano, y más concretamente para nosotros, la huella de la eliminación de «amenazas» es exuberante, sólo para mencionar los más resaltantes: Antonio José de Sucre, Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán. Y podríamos seguir con los candidatos presidenciales de Colombia a finales de los 80 e inicios de los 90; o la realidad de estos 60 años de conflicto armado, donde los miles de dirigentes sociales asesinados con el propósito de frenar la lucha por los cambios, terminó siendo razón de fondo para el alzamiento armado.
Podemos cambiar de contexto o ir a una época concreta en el continente y nos encontraremos con los asesinatos de Presidentes en: Panamá, de Omar Torrijos (31 de julio de 1981); Ecuador, de Jaime Roldós Aguilera (24 de mayo de 1981); Granada, Maurice Bishop junto con 15 dirigentes de su Movimiento fueron ejecutados en octubre de 1983 y sus cadáveres aún no aparecen.
En ese momento histórico, Bob Marley perteneciendo al Movimiento Rastafari, siendo una figura en Jamaica y a nivel mundial que con guitarra y su reggae le cantó a la libertad de los Pueblos Africanos, sobre todo en su «Survival» (Sobrevivencia) que levanta la bandera de la solidaridad no sólo de África, sino de la humanidad entera. También en Jamaica fue actor decisivo para la unidad nacional, que al final contribuyó para que la derecha no predominara en el poder político.
Para impedir el concierto gratis «Smile Jamaica», donde participaría Bob Marley, que se realizaría en el Parque Nacional de los Héroes Nacionales en Kingston el 5 de diciembre 1976, dos días antes atentaron contra su vida, resultó herido junto a su esposa y otras 2 personas cercanas. Con una herida cerca al corazón, como estaba anunciado, se subió a la tarima a cantar. Le preguntaron por qué lo hacía y respondió:
«La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo?»
A mediados de 1977 le diagnosticaron un cáncer en el dedo gordo del pie derecho, que lo llevaría a la tumba luego de hacer metástasis. Al momento de morir le dijo a su hijo Ziggy:
«El dinero no puede comprar la felicidad».
Luego se descubriría que los amigos de este tipo de asesinatos habían colocado una pequeña aguja en la plantilla de sus zapatos para inocularle la «sustancia del mal».
El «cáncer», «sinónimo de muerte», entre 2007 y 2013 se usó para tratar asesinar varios dirigentes del continente, algunos casos fracasaron, otros sirvieron de manto o distracción y unos cumplieron su objetivo.
La lógica del imperio la podemos entender como: al «cáncer» lo tratamos, mejor dicho lo matamos, con «cáncer».
Dentro de esta lógica, al decir de Fritjof Capra, así mira el imperio a los dirigentes sociales o líderes del pueblo: «… el cáncer como un trastorno de sistemas: un mal que, pese a tener un aspecto local, tiene la capacidad de difundirse y atañe a todo el cuerpo, pues el tumor original es simplemente la punta del iceberg»; por eso toca extirparlo, matarlo.
En sus recorridos de investigador por el mundo, en los años 80, Fritjof Capra en una de sus conclusiones decía:
«Los que no contraen cáncer son los locos y los que padecen Alzheimer» Ya podremos sacar nuestras propias conclusiones.