FALSOS POSITIVOS, ¿CUÁLES SON LOS VERDADEROS?
Violeta Arango
En Colombia tratan de acostumbrarnos a reproducir eufemismos y frases acuñadas para solapar lo que realmente son crímenes de Estado. Decir “Falso positivo” o “Ejecución extrajudicial” trae implícita la validación de una práctica ilegal y criminal.
En Colombia, en nombre de la Constitución y en defensa de la Seguridad Nacional cometen crímenes atroces. La persecución ha sido una constante histórica en el país y los métodos para llevarla a cabo han sido sistemáticos y refinados. Esta es una práctica asociada al odio que sienten las elites del país hacia los empobrecidos y excluidos, y contra todos lo que alimentan sueños de transformación.
Son muchas las prácticas de terrorismo estatal, encubiertas por conceptos como “falsos positivos”, que conlleva judicializar y condenar sin pruebas, matar personas en estado indefensión y presentarlas como muertas en combate, práctica que además la han bautizado como “ejecuciones extrajudiciales”.
Aceptar términos como “falso positivo” o “ejecución extrajudicial”, sería aceptar que hay un positivo verdadero y que en el país existe la ejecución judicial; es decir, que una categoría de gente que sí merece ser ejecutada o ser judicializada impunemente; en Colombia está prohibida la pena de muerte, pero la aplican, por ejemplo, un guerrillero puede ser asesinado en estado de indefensión, en este Estado sin pena de muerte autorizada se han legalizado este tipo de ejecuciones, merecía morir a luz de un Estado criminal, cebado en perseguir y exterminar contradictores.
Lo poco que se ha dicho sobre estos crímenes de Estado, ha sido hecho público por la insistencia de las víctimas, que sin descanso los han denunciado para que no haya impunidad; por sus denuncias han recibido señalamiento permanente y revictimización desde el Estado y sus bocinas mediáticas; así entonces, ¿cómo creer que existan instituciones que imparten justicia?, si estas imponen penas de cadena perpetua cuando en el país esto no está en la Ley.
Desde los estrados judiciales han enviado a las cárceles a cientos de miles de campesinos, estudiantes, profesores, sindicalistas, etc, condenadas sin juicio para mostrar un positivo, es decir, dar un resultado y decir que efectivamente actúan en nombre de la Constitución y la Seguridad Nacional; lo importante es tener a los opositores en la cárcel.
Hay que virar incluso en el uso de los conceptos, no justifiquemos más el terrorismo de Estado, matar y judicializar no debe ser parte de la cotidianidad del Estado, no permitamos que se siga persiguiendo con el uso del lenguaje.