¿CUÁL AGENDA?
Antonio García, Primer Comandante del ELN
El Proceso de Paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) es una solución política que avanza en contracorriente al viejo régimen contrainsurgente, desde donde le siembran diversos obstáculos, los agentes de la estrategia extranjera que busca mantener a Colombia hundida en la Guerra Perpetua.
En algunos círculos muy «especiales» se habla que el ELN no tiene Agenda, pero que ¡la Derecha Sí!. Como las «alianzas» de las derechas con el actual Gobierno son relativas; ahora, en el actual contexto, la Agenda de ellos es lo que se viene cocinando en reuniones entre Andrés Pastrana, Iván Duque, Álvaro Uribe, Federico Gutiérrez y otros, donde también se perfila Ingrid Betancur. Según se dice es para calentar la calle y sabotear los actos gubernamentales con motivo del 20 de julio, donde se contempla el desfile, para que no sea eso, sino un «desinfle». La pregunta del millón es… y ¿cómo van a participar o no participar las reservas en el «desinfle»?
No es que el ELN no tenga Agenda, sino que no coincide con la de la Derecha, como tampoco con la del Gobierno. Pues la Agenda del ELN es la Paz con justicia social, donde la Participación de la Sociedad es definitiva para construir una mejor democracia.
La Agenda del Gobierno con el ELN, como en parte ya se ha anunciado, no es de paz, sino de un entramado complejo y a la vez simplista. Se conoce que hay recomendaciones colectivas de Eduardo Pizarro, Rafael Pardo, Juan Camilo Restrepo y Moisés Wasserman, que apuntan a negar cualquier espacio de interlocución política en un escenario de paz al ELN, la estrategia es: «nada para el proceso con el ELN».
La estrategia es simplista en cuanto vuelve a retomar de manera modificada la vieja estrategia de la Fase de Consolidación de los tiempos de Uribe, y la Doctrina Militar del Plan Espada de Honor, así no se mencione. Se busca imponer un Cese el Fuego territorial, para quitarle espacio al ELN, y en ese proceso meter «con toda» las instituciones del Estado como el Sena y demás, así como también alcaldías y gobernaciones.
En el fondo vuelve a traerse la vieja doctrina contrainsurgente de “quitarle el agua al pez”, o sea destruir el tejido social, las organizaciones sociales; y es ahí donde se vuelve complejo, pues asoma la vieja estrategia de aniquilar a la guerrilla.
Se habla que lo que se busca es pactar ceses en unas regiones, mientras que en las otras se buscará exterminar al ELN, es la información que circula y circula. Qué cosas. ¿Qué podremos pensar en el ELN?
Les quedo debiendo el asunto de las «economías ilegales», eso será en otra oportunidad. Pero les adelanto, si el mismo ELN es ilegal, ¿cómo podría financiarse legalmente? ¿Será que los bancos nos harán un préstamo? El ELN es buena paga, no como otros que no pagan sus deudas, sobre todo las sociales.