NOS CANSAMOS DEL ABUSO
Nicolle Nieto
Pareciera que al país solo les importara los hechos de violencia estruendosa; llevan una semana hablando de los hechos del Catatumbo mientras las acciones de calle y protestas por abuso sexual en un colegio pasan desapercibidas.
La Violencia Basada en Genero (VBG) y en especial la proferida contra niñas en edad escolar es un delito intolerable, que deja secuelas físicas y una marca indeleble no reparable en el alma de cada víctima, además el sistema jurídico y social estatal ampara al abusador y revictimiza a la abusada.
El 29 de marzo un grupo de exalumnas y alumnas del colegio de las Bethlemitas, ubicado en Chapinero, centro de Bogotá, realizaron un plantón frente a sus instalaciones para exigir que las directivas escucharan y tomaran medidas respecto a múltiples denuncias que narran violencia sexual, homofóbica y maltrato por parte de algunos profesores; VBG que se ha venido presentado durante varias generaciones, en completa impunidad y silencio cómplice de las directivas del plantel educativo.
Es inaudito que durante décadas persista la VBG en una institución donde dicen velar por la integralidad de la educación y seguridad de sus estudiantes, lo que demuestra la complicidad de los altos directivos y profesores que ven, escuchan y observan estos delitos pero guardan silencio cómplice para que la “imagen de la institución no se afecte”. ¿Si los afectados fueran sus hijas o hermanas pequeñas, también guardarían silencio?, esta doble moral de que “solo me importa si me afecta”, es la que tiene a nuestra sociedad en absoluta decadencia.
Ni que decir de las grandes empresas de comunicación, que dejan pasar noticias como esta para centrar los focos en un acto de Guerra que es atroz, pero que es parte del conflicto, mientras que la infancia esta desprotegida y según la Constitución debiera prevalecer su resguardo y prevalencia de derechos.
Si hay que tomarnos las calles para que presten atención a la VGB, pues hay que hacerlo, porque las mujeres más que hartas e indignadas, nos cansamos de esperar la repuesta de un tal Estado protector, estamos listas y preparadas para exigir protección y prelación de derechos sin importar la vía que toque seguir.
El acoso y el abuso sexual son el pan de cada día en los coles y lo peor es que cuando alguna de nosotras denuncia, los mismo profes incluso muchas de ellas mujeres, nos hacen sentir como si nosotras fueramos las culpables del abuso. Esto tiene que cambiar y eso no pasara mientras no se reforme el sistema academico, escolar y profesoral
Lo que hace que los feminicidios sigan y que el abuso contra nosotras no pare y cada día sea peor, es que tenemos un gobierno complice por omisión, no ha tomado medidas reales y contundentes y este problema social, que debe entenderse como flagrante violación a los DDHH con agravantes, se le salio de las manos y no lo que es peor no les interesa, solo le prestan atención a su dichosa paz total. Señor presidente no puede haber paz mientras sigan abusando, violando y matando mujeres.
El abuso contra la mujer no va a parar por si solo, tenemos que unirnos, movilizarnos, parar las carretaras, las ciudades y desestabilizar el país para que el gobierno tome medidas de fondo con el feminicidio y el abuso infantil.