ANIMALES CON DERECHOS
Omaira Sáchica
Los procesos ambientalistas y animalistas toman fuerza y se han convertido en dinamizadores de la lucha social y política; por lo tanto, se hacen más frecuentes campañas que reconocen a los animales como seres sintientes y sujetos de derechos.
En nuestro país durante décadas los empresarios y amantes de la fiesta taurina han sostenido que la tauromaquia y sus espectáculos, son fiestas tradicionales enmarcadas dentro del desarrollo cultural de nuestra sociedad; sin embargo, este argumento resulta venenoso si se tiene en cuenta que tales espectáculos son una apología a la muerte y la crueldad, ejercida contra un animal indefenso que es torturado y condenado a muerte para la insana diversión de unos pocos, ¿esta es la cultura que le queremos heredar a las futuras generaciones?
Actualmente cursa en la Cámara de Representantes el Proyecto de Ley 328 que busca prohibir definitivamente la tauromaquia y las corralejas, al que le restan solo dos debates para convertirse en Ley de la República, de esta forma escucharían la voz miles de ambientalistas, animalistas y pacifistas, quienes durante varios años han venido rechazando la tauromaquia por ser un culto a la tortura y estructurante de patrones de violencia y crueldad.
Si bien la tauromaquia generalmente solo le cuesta la vida a un indefenso toro, las corralejas son mucho más lesivas y peligrosas, afectan la vida animal y colocan en riesgo a los cientos de espectadores, generalmente en estado de embriagues, que sin ninguna protección y experiencia se enfrentan a un animal herido y acorralado; ni que decir de la gente que en tribunas improvisadas arriesgan sus vidas ante el colapso inminente de las mismas, tal como ocurrió el 26 de junio de 2022 en las corralejas de El Espinal, Tolima, donde colapsó la tribuna causando la muerte de 4 personas y más de 300 heridos.
Los propósitos de paz que anhelamos los colombianos no es algo que se puede reducir al cese de la violencia armada, debe abarcar hasta la modificación y eliminación de patrones de conducta que incentivan la crueldad y la violencia; si queremos avanzar como sociedad, estamos llamados a eliminar conductas crueles como las corridas de toros, por ello todos al unísono debemos decir, ¡no más olé!