EL DESAFÍO ECONÓMICO DE AMÉRICA LATINA
Claudia Julieta Parra
Distintos fenómenos macroeconómicos han desencadenado la desaceleración global de las economías, que golpea con gran fuerza los países latinoamericanos que sufren porque además que su economía se desacelera, se incrementa su déficit de cuenta corriente.
Recientemente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) informó que América Latina y el Caribe este año solo tendrá un crecimiento económico del uno por ciento; el Fondo Monetario Internacional (FMI) le proyecta un crecimiento de 1,8 por ciento, mientras la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU (Cepal) estima un crecimiento de 1,3 por ciento; al trazar una media entre estas entidades el crecimiento sería de 1,37 por ciento, lo que indica una Recesión Técnica para la región.
Al oscuro panorama de bajo o nulo crecimiento económico de América Latina y el Caribe se suma que producto de su desaceleración económica, muchos de estos se han visto obligados a continuar incrementando su Deuda Externa, que en el mediano plazo les permite asumir su pasivo social y el gasto corriente, pero en el largo plazo los lleva a una situación financiera insostenible, ya que al diezmar su Producto Interno Bruto (PIB) se ven obligados a comprometer exorbitantemente las vigencias futuras, además de tener que enajenar activos.
Por si fuera poco, el déficit de balanza comercial incrementa la crisis socioeconómica ya que vía importaciones trasladan inflación de otras economías, lo que repercute directamente en el incremento del Índice de Precios la Consumidor (IPC) interno e impacta el Costo de Vida, este para el caso colombiano en enero llegó al 31,25 por ciento.
La desmesurada inflación, la baja de la productividad y la desaceleración de la demanda global avizoran una caída socioeconómica que supera crisis anteriores, desde luego esto produce el deterioro de las economías, agudiza la pobreza y la desigualdad, dejándonos en un gran margen de riesgo de sufrir insolvencia alimentaria.
Lo único que puede sobrellevar una crisis como la que se avizora es el congelamiento del incremento de rubros destinados al déficit de cuenta corriente, el fortalecimiento de la producción nacional e implementación de proyectos estatales que fomenten la seguridad alimentaria y disminuyan el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de intereses de Deuda Externa); desde luego esto debe estar amalgamado o conectado con la integración de las economías latinoamericanas, en términos de cooperación y alianzas estratégicas.