PND 2022-2026 Y EL DÉFICIT DE GASTO SOCIAL
Chavela Villamil
El Plan Nacional de Desarrollo como hoja de ruta del plan de Gobierno, debe estar sustentado en los estados financieros, de lo contrario sería un ‘cheque en blanco’ que pone en alto riesgo las vigencias futuras y la solvencia monetaria y financiera del país.
Actualmente cursa en el Congreso el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022 – 2026 que el Gobierno llamó ‘Colombia, potencia mundial de la vida’; cuyo principal objetivo es impulsar cinco líneas gruesas de trabajo o Ejes de Transformación, con el fin de mitigar el déficit de Gasto Social y disminuir la pobreza y la desigualdad.
El PND propuesto por el Gobierno tendría un costo de 1.155 billones de Pesos, solventados por 6 fuentes de financiación plantea 5 ejes centrales de ejecución de los recursos y un monto destinado a la inversión económica; además el Departamento Nacional de Planeación asegura que adicional a la inversión del PND, se destinarán 50,4 billones de pesos para «facilitar y asegurar la implementación y el desarrollo normativo del Acuerdo Final (de Paz), la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera».
Asistencialismo y déficit fiscal
El principal problema que tiene el PND es que tal como está construido es deficitario y no resuelve los problemas estructurales del país, que son los determinadores de la desigualdad y la pobreza en que esta sumida gran parte de la población. El 92,76 por ciento del presupuesto del PND está enfocado en programas asistencialistas, que solo mitigan momentáneamente el hambre pero no modifican las condiciones socioeconómicas que la ocasionan.
El PND carece de un programa estructurado que desarrolle de manera integral la producción nacional, la producción agroindustrial y mucho menos ejecuta proyectos que garanticen la seguridad alimentaria; la mitigación del hambre la minimiza a la distribución de nuevos subsidios y la ampliación de los existentes. Tampoco desarrolla programas que estén encaminados a la generación de nuevas plazas laborales y que tomen distancia del desgastado método de disminuir impuestos bajo el sofisma de generar empleo, modelo que se ha aplicado infructuosamente durante décadas y que no ha logrado la disminución del desempleo y la formalización del empleo informal.
Nuevo modelo económico y mitigación del Gasto Corriente
La inflación y el desempleo han elevado considerablemente el Costo de Vida y han desmejorado ostensiblemente la calidad de vida de los colombianos, esto ha sumido al país en una crisis socioeconómica que no puede ser atendida exclusivamente desde el asistencialismo. El PND requiere herramientas que desarrollen una política financiera que recorte el Gasto Corriente y que modifique la tributación en aras de que esta sea redistributiva, es decir, que las empresas y las personas naturales con grandes capitales aporten acorde a sus utilidades netas, de igual forma, estos recursos se deben destinar a incrementar el Gasto Social para subsidiar la población excluida y empobrecida.
El principal reto que tiene el Gobierno es incrementar el Gasto Social para mejorar la Calidad de Vida de la población, a la vez que debe disminuir la brecha de Pobreza Monetaria y Pobreza Extrema, lo que requiere gran cantidad de masa monetaria y se corre el riesgo de incrementar el déficit fiscal y superar el margen de endeudamiento de la Regla Fiscal de Mediano Plazo; por ende, a la par de la inversión social se requiere una política de austeridad sin gastos suntuarios y que disminuya el Gasto Corriente, en especial que congele el incremento presupuestal destinado al déficit de cuenta corriente.
Mejorar la economía de la población implica desarrollar un programa integral, que vea el empleo formal como pieza clave para mejorar el poder adquisitivo per cápita, que fortalezca la producción nacional y haga rentable la producción agrícola para solventar el mercado interno.