LAS GUERRERAS INVISIBLES

LAS GUERRERAS INVISIBLES

Marfa Loaiza y Elena Blanco

La discriminación y segregación a la que hemos sido sometidas las mujeres, se acentúa por las indignantes condiciones socioeconómicas que sufrimos, que endurece la exclusión y el nulo reconocimiento a la lucha diaria que hacemos como Guerreras Invisibles.

Generalmente asociamos la conmemoración del Día Internacional de la Mujer con las grandes gestas que durante décadas hemos desarrollado las mujeres para que nos restituyan derechos fundamentales negados por nuestra condición de género; sin embargo, hay miles de luchas cotidianas de las mujeres que son tan legítimas como las gestas históricas por el voto, pero son invisibilizadas por una cultura que ignora la pobreza femenina y convierte nuestra lucha y sacrificio como algo natural.

Son millones las mujeres que han sido excluidas por el sistema al negarles la posibilidad de desarrollar sus capacidades, limitándolas a ser mujeres con bajo nivel académico y escasez de recursos, muchas de ellas son madres cabeza de hogar o abuelas cuidadoras que se ven obligadas a ejercer labores como el trabajo domestico o los oficios varios, que les proporcionan ingresos muy bajos, insuficientes para cubrir necesidades básicas, además de tener que dejar a sus hijos o nietos la mayor parte del tiempo solos y sin mayor proyección de superación social y profesional.

Una madre, una tía, una abuela que en precarias condiciones debe asumir el cuidado y formación de los chiquillos de la familia, emprende una gesta ardua y admirable que enfrenta las vicisitudes del día, como conseguir qué llevar a la mesa y la mayoría de las veces distribuir una sola ración de comida para 4 o más bocas, que en muchas ocasiones implica que por su alta sensibilidad, decida no comer para que los pequeños le hagan una maniobra de engaño al hambre.

Aunque estas parezcan luchas pequeñas, son gestas titánicas que no surgen del empoderamiento que da la formación académica o la conciencia de clase, nacen del alma, de lo más entrañable del amor filial, como una aplicación fidedigna de lo que Camilo Torres denominó Amor Eficaz; estas luchas son gigantes en términos de construcción social, son el armazón del que se alimenta la lucha social y popular, que se vuelven la llama eterna que alimenta el ideal de construir un nueva sociedad con justicia y equidad social.

A todas estas Guerreras Invisibles, muchas de ellas que ya no nos acompañan en este mundo y a las que siguen forjando el futuro de los suyos, va nuestro reconocimiento, admiración y gratitud, por ese gran sacrificio de ustedes que deja una huella imborrable, por esto la historia está en deuda con ustedes.

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