EL ALMA DEL PROGRESISMO LATINOAMERICANO

Paco Alves III

Estamos en tiempos de una transición, en donde un nuevo orden global empieza a asomar las narices, arrastrado por la multiplicación de los conflictos bélicos y nuevamente la amenaza de extinción por la vía de una Guerra nuclear.

Son varios los caminos que ensayan las sociedades y los pueblos para enfrentar este momento, teniendo al centro la profundización de la lucha de clases y la disputa por configurar regímenes políticos acordes a los intereses y correlaciones de fuerza nacionales y continentales. El neoliberalismo se resiste a desaparecer a pesar de su fracaso y los dañinos efectos sobre millones de seres humanos, el neofascismo resurge con su carga racista y xenófoba. El socialismo se mantiene como esperanza ante la posibilidad de la extinción.

Un cuarto camino en desarrollo es el llamado progresismo, surgido especialmente en Latinoamérica y con características que lo hermanan con las Terceras Vías; en correspondencia a esta identidad ideológica, el progresismo deslinda campos con el socialismo y el pensamiento de izquierda revolucionario y al mismo tiempo se presenta como crítica y alternativa al neoliberalismo.

Aunque los progresismos latinoamericanos de comienzo de siglo no son homogéneos, se identifican algunas características que los convierten en corriente política y forma de gobernabilidad:

a) Una intención de hacer asistencia social y atacar el hambre de manera focalizada. En esta dirección asumen como propios los objetivos de las Naciones Unidas para mitigar la pobreza.

b) La recuperación del rol del Estado como garante de los derechos fundamentales, que lo hermana con un liberalismo de avanzada.

c) La contención de la agresión imperialista, proponiendo un pacto de convivencia.

d) El intento de regulación del extractivismo, que representa una paradoja, pues el progresismo levanta las banderas de los derechos de la naturaleza, pero necesita seguir extrayendo recursos naturales para financiar su política social.

El balance del progresismo en Latinoamérica expresa logros limitados en lo social, por lo que cada cierto tiempo, la derecha capitaliza sus falencias, regresando con nuevos bríos a reimponer el neoliberalismo bajo regímenes más o menos autoritarios.

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