EL LEGADO DE PAULA LA COMANDANTE GUERRILLERA
Consejo de Redacción
A propósito del Día internacional de la mujer rendimos honores a la Comandante Paula, a otras muchas compañeras elenas y a todas las mujeres latinoamericanas comprometidas con las luchas por la liberación nacional y por el socialismo.
Paula nació en el Socorro, Santander, en la misma tierra de Manuela Beltrán la heroína de la insurrección de Los Comuneros contemporánea con la de Tupac Amaruc, en los años 60 estudió en la Universidad Nacional y después en la Industrial de Santander, desde 1967 ingresó a los Frentes urbanos del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en 1989 participó en el Segundo Congreso Nacional eleno y desde 2004 hizo parte de la Dirección Nacional, en el 2016 fue designada para integrar la Delegación de Diálogos que adelantaba conversaciones de paz con el Gobierno de Santos (2010-2018), tarea en que la sorprendió la muerte a principios del 2018.
Para escucharla en sus propias palabras, extractamos apartes de la entrevista que ella concedió al Sistema Informativo Patria Libre en 2004, difundida con el título de ‘Una perla negra’ [*].
EL ELN CAUTIVÓ MI SER
Usted se vinculó al ELN a fines de la década del sesenta, ¿qué la motivó a ello?
Esos fueron los años de Camilo, de luchas estudiantiles, la revolución cubana, Vietnam, un profesor en el colegio nos hablaba de todos estos hechos y allí supimos de la existencia del ELN; con el ELN todo va tomando forma, encuentro respuestas a mis angustias y mi mundo mental se amplía, comienzo a entender que existe el derecho y la posibilidad de transformaciones sociales y políticas, la obligación social y humana de trascender las esperanzas individuales de justicia, dignidad y libertad con la fuerza de lo colectivo, de la participación del pueblo en la construcción de su destino.
El pensamiento del ELN penetró mi razón y cautivó todo mi ser, entendí que mis inconformidades, mi rebeldía ante la injusticia y las desigualdades existentes no era una realidad exclusiva de mi pequeño mundo de colegio o pueblito, era algo más grande, no sólo era mi país, era el mundo entero que se debatía contra un monstruo bárbaro llamado capitalismo y desde esa edad llevo arraigado a mis propias entrañas el odio por el imperialismo norteamericano.
Existen mecanismos que perpetúan el machismo, muchos se reproducen en las organizaciones revolucionarias, ¿cómo los ha sorteado?
En el ELN no está normatizado ningún elemento que señale la discriminación de la mujer, por el contrario se reivindica la importancia de nuestra participación, los derechos y deberes son los mismos para hombres y mujeres, pero si de ser sincera se trata tengo que decirle que el machismo se vive de manera no intencional, no consciente pero él nos atraviesa silenciosamente, aunque esto se va superando en la práctica producto de la misma realidad por el papel de la mujer dentro y fuera de la organización, le pongo algunos ejemplos: a la mujer se nos juzga más duramente la inestabilidad afectiva, la promoción femenina llega más tardíamente que la de un compañero del mismo nivel, la mujer para alcanzar este reconocimiento debe ser doblemente productiva en cualquier área de trabajo.
Como la organización construye desde ya el hombre y la mujer nuevos para la futura sociedad humanista y socialista, también debemos llenar de contenido la esfera de lo afectivo-sexual, para erradicar el sentimiento de “mujer objeto” y poder ir desarrollando las capacidades ocultas de la mujer, que por nuestro “papel histórico” formado desde los hogares están encubiertas.
RETOS COMO MUJER DIRIGENTE
¿Cómo vive su liderazgo como mujer referente de las demás compañeras y compañeros?
Soy consciente que de la calidad revolucionaria de los miembros de una conducción estratégica depende no solo la legitimidad y vida del ELN, sino el presente y futuro de esta revolución; como mujer sé que tengo una doble responsabilidad y es legitimar el papel de la mujer en la conducción de la revolución, por capacidad, valor, entrega y madurez emocional, que hombres y mujeres seamos consecuentes de que esta lucha no se divide en lucha de género, sino que tiene que ver con una posición clasista y humanista donde confluimos todos y todas en proyección a la construcción de una nueva sociedad; sé que desde diferentes lugares del mundo muchas mujeres asumen este mismo reto y yo no puedo fallarles con mi aporte.
En dos ocasiones ha sido capturada y enjuiciada por rebelión, ¿cómo vivió su compromiso en esos momentos?
Lo asumí como revolucionaria elena, lo primero fue mi lealtad al ELN y al pueblo –no traición-, lo siguiente fue hacer consciente mi propósito de lograr mi libertad y paralelo a esto ser ejemplo de solidaridad y lucha para y con mis compañeras prisioneras, sociales y políticas.
¿Cómo formar a las guerrilleras para que se proyecten?
Esta pregunta es una de las más duras de responder porque como mujer no me siento conforme, además que asumo autocríticamente como mando los pocos resultados logrados en este campo, desafortunadamente el machismo tiene sus actores en los varones y en las mujeres tiene el comité de aplausos o seguidoras; esta actitud no existe cien por ciento en la organización porque hay compañeras muy buenas, pero pesan más las compañeras que reproducen en la vida guerrillera el papel enajenador y de dependencia masculina.
La mayor culpa la tenemos las mujeres, especialmente nosotras las mujeres mandos pero también es necesario que los compañeros sean consecuentes y unamos esfuerzos y prácticas comunes en este campo, que permita generar otro tipo de dinámica en las compañeras, que de verdad nos preocupemos por crear condiciones objetivas de participación de la mujer, mayor conciencia de nosotras mismas para dar los saltos y participar en las oportunidades que nos brindan, esto será más fácil con el concurso de los hombres.
SOMOS SENTIPENSANTES
Su afectividad
En cuanto a la autoestima creo que me estimo suficientemente como ser social, en la medida que me creo útil y veo los resultados y el sello lo pone el reconocimiento de quienes comparten mi vida dentro de éste proceso; me siento plena afectivamente y en esto se basa la fortaleza de mi compromiso, desafortunadamente en lo de pareja o en lo de hijos no era posible que ellos fueran primero y luego los demás, para mí han sido ellos haciendo parte de los demás, sobre todo mis compañeros afectivos creo que no lo entendieron, tengo fe en que mis hijos si lo entiendan y lo valoren.
El nuevo tipo de afectividad que manejo posiblemente no incluye suficientemente la riqueza de una relación de pareja, viví plenamente las relaciones de pareja en su momento, mi crecimiento como militante me fue llevando a nuevas responsabilidades que fueron desviando el curso de la mujer tradicional en relación al papel y exigencias de la vida de pareja; los compañeros admiran mucho a las mujeres como yo, somos la mujer ideal, eso le digo a los compañeros, pero ya como compañera afectiva prefieren a las compañeras que conserven algo de la mujer tradicional.
La percibo feliz por su maternidad y por el amor que sus hijos le tienen, si hoy tuviera la oportunidad de criarlos y educarlos sin tener que abandonar sus tareas revolucionarias, ¿en qué haría los énfasis?
El énfasis sería en acercarlos más a mis vivencias guerrilleras, pero éste énfasis aún no me convence totalmente porque me interesa mucho la seguridad y tranquilidad de sus vidas, no quiero que paguen por lo que no han hecho; además, soy partidaria de que ellos tengan la posibilidad de definir libremente la ruta de su vida, así como yo la tuve.
_____
[*] Ver entrevista completa en https://eln-voces.net/una-perla-negra/