NECESITAMOS UN CAMBIO DE POLÍTICA FISCAL

NECESITAMOS UN CAMBIO DE POLÍTICA FISCAL

Chavela Villamil

Pese al reciente cambio político administrativo del país, el modelo capitalista neoliberal implementado continua inamovible, lo cual impide que se susciten cambios en la política fiscal retrasando el desarrollo social.

El conjunto de acciones macroeconómicas provocadas por la pandemia y el conflicto entre Ucrania y Rusia, que ya completó un año, han generado un panorama económico global de estancamiento, los más preocupante es que algunas economías pasaron a la desaceleración y otras se encuentra en riesgo inminente de estanflación.

Inflación y desempleo una combinación mortal

El Gobierno de Petro inició con grandes metas en términos de reducir el déficit de Gasto Social; sin embargo, heredó de su antecesor un Déficit Fiscal que asciende a 83 billones de Pesos -9,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)-, a esto se aúna la inflación que en enero llegó a 13,25 por ciento, la Deuda Externa asciende a 180.333 millones de dólares -52,8 por ciento del PIB-, y una creciente disminución del Margen de Endeudamiento que actualmente asciende a 71,8 por ciento, cuando el máximo posible es de 72,2 por ciento; lo que obliga al Gobierno a ser mesurado en el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de intereses de DE) y a desarrollar una verdadera política de austeridad.

En Colombia la inflación se debe en primer lugar, al gran volumen de importación de materias primas, productos básicos y suntuarios que traslada los efectos inflacionarios globales a nuestra economía, en segundo lugar, a la devaluación del Peso ya que esto incrementa el valor de los productos importados, lo cual contrae la oferta y estanca el mercado.

Salir de la crisis implica incrementar el poder adquisitivo

El modelo económico tiene implícita la falacia de que el fortalecimiento de las mega empresas de capital privado genera desarrollo sostenible, en otras palabras el Trickle Down Effect (TDE, por sus siglas en inglés), donde “la productividad y el desarrollo” se sustentan en el favorecimiento fiscal y tributario de las grandes empresas, ya que si estas empresas aumentan su riqueza esta supuestamente se derramaría por goteo hacia las capas medias y bajas de la sociedad.

Los países que por décadas han aplicado el TDE en su economía no han logrado minimizar la brecha de desigualdad, ni han incrementado el poder adquisitivo per cápita; por el contrario, a medida que los dividendos del capital privado se incrementan los ricos se vuelven más ricos, se pauperiza el sector asalariado y crece el empleo informal, lo cual aumenta la brecha de pobreza y desigualdad.

Keynes sostienen que “la crisis económica no existe debido a la escasez de recursos, sino por la escasez de demanda, que provoca que no se consuma lo suficiente como para tener que producir una cantidad de bienes que dé trabajo a todos” [1]; es decir, la dinamización de la economía depende del fortalecimiento del poder adquisitivo de las personas y no de las rentas de las mega empresas.

En la mayoría de las economías el empleo bien remunerado es el motor de los mercados, toda vez que el empleo da solidez a las economías familiares y otorga poder adquisitivo per cápita, que inyecta masa monetaria y dinamiza las economías, en otras palabras, los salarios formales bien remunerados permiten adquirir productos y esto hace que las empresas produzcan más, generando la dinamización de la economía.

Además es inaplazable romper la lógica antifinanciera de una DE a la que solo se logra amortizar los intereses; lo que implica renegociar el pago y de esta manera aliviar la carga sobre el PIB para mejorar el desarrollo productivo y la capacidad de pago, o en su defecto, congelar el presupuesto destinado a este pasivo.

Es urgente decrecer el Gasto Corriente

Cualquier política económica es inocua si no se rompe la lógica antifinanciera de reducir presupuesto a la inversión social para subsanar medianamente la DE, este pasivo debe ser congelado y renegociado con la Banca Multilateral de lo contrario asfixiará el PIB y nos obligará a la venta de bienes públicos; además se requiere un cambio urgente en el modelo económico, que se centre en fortalecer y desarrollar la producción nacional y aumentar el poder adquisitivo per cápita.

El principal reto que tiene el nuevo Gobierno es incrementar el Gasto Social para así mejorar la Calidad de Vida de la población, a la vez que debe disminuir la brecha de Pobreza Monetaria y Pobreza Extrema, para lo cual requiere una gran cantidad de recursos y el Estado solo capta masa monetaria por vía tributaria, utilidades de activos y exportaciones, por ende, lo obliga a no caer en gastos suntuarios y a realizar una disminución del Gasto Corriente en aras de incrementar el Gasto Social, sin aumentar el déficit fiscal.

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[1] Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. John Maynard Keynes.

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