Chavela Villamil.

La política monetaria más allá de garantizar un recaudo cuantioso y eficiente debe garantizar el desarrollo integral de la sociedad, dando prioridad a la mitigación de la pobreza monetaria y multidimensional, lo cual implica la disminución Gasto Corriente y la priorización del Gasto Social.

El desborde incontrolable de la inflación global está desmoronando la estabilidad de los mercados, en especial de los países en desarrollo que al ser dependientes de la globalización neoliberal, reciben un mayor impacto con repercusión directa en el Costo de Vida. Según las proyecciones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) este año la economía global continuará su decrecimiento ubicándose en 2,7 por ciento, en América Latina y el Caribe decrecerá ubicándose en 3,1 por ciento, en el nuestro país descenderá hasta 2,3 por ciento [1].

Sube la inflación y decrece la economía

La inflación en nuestro país se ha recrudecido ostensiblemente, el año anterior cerró en 13,1 por ciento, lo que representa un incremento de 7,5 por ciento respecto al 2021; en gran medida el incremento desmesurado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se puede catalogar como inflación importada, principalmente de Estados Unidos y exacerbada por la devaluación de la divisa nacional, que repercute en el encarecimiento de los productos básicos y por el ende incrementa el Costo de Vida.

La Directora del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) afirma que, “en lo corrido de este año sectores como la agricultura, la ganadería y la construcción han presentado un decrecimiento de -1,9 por ciento” [2]; esto acentúa la inflación toda vez que implica un decrecimiento de la producción nacional y la seguridad alimentaria, a la vez que incrementa las importaciones.

La Junta del Banco de la República de enero de 2023 se mostró preocupada por las tendencias tanto de la inflación total, como del índice de inflación básica, que excluye los elementos más volátiles de la canasta familiar (alimentos y también precios regulados por el Gobierno), que refleja mejor las tendencias subyacentes de los precios de la economía; además, proyectan un crecimiento muy débil de la economía en este año, tan solo del 0,2 por ciento, consistente con una baja presión de demanda sobre los precios [3]; en otras palabras, nuestra economía se desacelera y de no controlar el Gasto Corriente, frenar la inflación y mitigar el desempleo es inminente un periodo de estanflación.

Es un riesgo seguir incrementando el déficit fiscal

Recientemente el Ministerio de Hacienda radicó en el Congreso el Proyecto de Ley de Adición Presupuestal por un monto de 25,4 billones de Pesos, de esta se destinará alrededor de 11,5 billones para la Reforma a la Salud, cerca de 7 billones para el sector agropecuario –compra de tierras, subsidios a los fertilizantes, entre otros–, el dinero restante será destinado a gastos administrativos y el incremento de los programas de subsidios y asistencia. 

Es de resaltar que es positivo incrementar el Gasto Social, aunque es innegable que es un alto riesgo financiero aumentar los pasivos en periodo de Recesión Técnica, que se caracteriza por el decremento de los ingresos y la desaceleración de la economía; en otras palabras, incrementar el gasto estatal en un periodo de decremento de ingresos automáticamente incrementa el deficit de cuenta corriente, cabe recordar que para noviembre del año anterior la Deuda Externa (DE) llegó a 180.333 millones de dólares, 52,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que pone en un alto riesgo la estabilidad financiera del país.

Continuar adquiriendo nuevas deudas en el exterior la DE está llevando a máximos históricos el margen de endeudamiento, que asciende 70,85 por ciento, lo que roza el techo de endeudamiento y deja el erario con saldo en rojo y exacerba el riesgo de una recesión económica; por ende, el Gobierno está obligado a incrementar una verdadera política de austeridad y disminuir el Gasto Corriente (burocracia, Guerra, pago de interese de la DE).

Es urgente cambiar la política financiera

La evidente recesión económica en la que se sume aceleradamente nuestro país, más que ser una consecuencia de la crisis global, obedece a políticas económicas regresivas que favorecen a los grandes capitales, y que constantemente incrementan los gastos estatales, donde buena parte se destina en burocracia.

La dinamización de la economía requiere desmontar las excesivas exenciones tributarias a las mega empresas, el aumento del poder adquisitivo per cápita y el fortalecimiento del sistema productivo nacional; además, requiere una política económica que fomente el desarrollo integral de la producción nacional.

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[1] FMI recorta proyecciones y dice que llegará un periodo de recesión». Valora Analitik, 20-02-2023.

[2] La economía latinoamericana ad portas de una recesión económica. Forbes, 19-02-2023.

[3] El Banco Central de Colombia prevé finanzas críticas. Valora Analitik, 18-02-2023.

4 comentarios

  1. La miseria y la pobreza se tomo al país y no es porque Petro sea presiente, sino porque no existen políticas que fomenten el empleo y apoyen de manera integral a los más necesitados.

  2. Cambiar la difícil situación económica de millones de colombianos solo es posible si el gobierno transforma sus políticas y empieza a desarrollar iniciativas que fomenten la creación de pequeños negocios y repotencie la agricultura.

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