PAZ Y PERDÓN TOTAL

PAZ Y PERDÓN TOTAL

Damaris Izaguirre

Gustavo Petro convirtió en uno de los pilares de su campaña el proyecto de la Paz Total, que estaba acompañado de una propuesta de Perdón Social, que muchos han controvertido por considerarla un mecanismo de impunidad, de perdón a los victimarios y a los desfalcadores del erario.

Las declaraciones de Petro y sus ampliaciones sobre el Perdón Social, casualmente coincidieron con la visita de su hermano Juan Fernando a la cárcel de La Picota de Bogotá, donde se reunió con políticos condenados por corrupción, narcotráfico y otro tipo de delincuentes.

En la campaña para las elecciones presidenciales la tolda petrista negó las teorías que les endilgaban un acuerdo de votos por Perdón Social; sin embargo, las noticias recientes de narcotraficantes pagando cupos por encima del millón de dólares para entrar a la Paz Total, reviven suspicacias y debilitan aún más esta propuesta: ¿los narcos y corruptos hicieron acuerdos de inframundo con el hermano del Presidente?, ¿es Juan Fernando un emisario secreto del Gobierno para asuntos de la Paz Total?

Es claro que hasta ahora no existe ninguna vinculación entre las coimas que pagaron algunos narcos para meterse en la Paz Total y el Presidente Petro o su hermano; sin embargo, este hecho deja elementos para interrogar, uno de ellos son las similitudes entre la Paz Total y el Pacto de Ralito, a través del cual el Gobierno de Uribe (2002-2010), intentó darle estatus político a los narcoparamilitares, en donde también se colaron grandes capos del narcotráfico, entonces, ¿estamos ante un Ralito 2.0?

Para algunos el principal error del Gobierno es que bajo el manto de la Paz Total quieren meter en el mismo saco a todos los actores armados, olvidan la esencia de la resolución de los conflictos que es la categorización de los actores armados, basada la determinación ideológica y política de los mismos.

La Paz Total como va hasta hora se constituye en un proceso de pacificación, solo busca el silenciamiento de los fusiles y el Desarme, Desmovilización y Reinserción (DDR) de los actores armados, sin ahondar o transformar las causas socioeconómicas que dan origen al Conflicto Armado.

Colombia debe desarrollar un verdadero proceso de Solución Política, que desde luego es diametralmente opuesto al DDR y la pacificación y no se puede llevar a cabo, mientras el proceso de solución no contemple cambios en la Doctrina de Seguridad, deslinde con la política guerrerista de los EEUU, cambios estructurales en la tenencia de la tierra –desde luego no cuenta comprarles la tierra a los despojadores- y la mitigación de la desigualdad.

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