EN PERÚ SE ALZA EL PUEBLO
David Cañas
La crisis política y social en Perú se agudiza, los Presidentes de todos los matices son defenestrados y la disputa sigue enmarcada en resolver el asunto central de la democracia, que es la participación de la sociedad en las decisiones trascendentales de la vida de la Nación.
El actual régimen político no tiene posibilidad de avanzar en resolver la profunda crisis en que se bate la sociedad peruana, a todos los niveles. La descomposición de la clase política, su dependencia carnal con los Estados Unidos y las transnacionales, y el mantenimiento ‘a sangre y fuego’ de un modelo económico neoliberal que postra en la pobreza, el desempleo y la ausencia de futuro a las mayorías, está llevando a un levantamiento social cada vez más consciente y politizado.
Descomposición del viejo régimen
El régimen que permanece pierde la hegemonía. El Fujimorismo que se constituyó en la fuerza principal y elevó el autoritarismo neoliberal a una forma de gobernar, ya no tiene el control, y la lucha por el presupuesto y las gabelas que dan los contratos y transacciones en el Congreso y el nivel central del Gobierno, están en el centro de las contradicciones.
Al Poder apoyado por las Fuerzas Militares y de Policía solo le queda la represión, la fuerza y la desinformación para poder mantenerse y sostener un estado de cosas inicuo, que ha llevado en el término de cuatro años a tener 5 presidentes.
El Presidente Pedro Castillo, ahora preso después de ser sacado a la fuerza de su cargo el 7 de diciembre del 2022, proviene de los sectores más populares y con más arraigo en la lucha contra la oligarquía. Su elección sorpresiva mostró la ruptura de la hegemonía conservadora y mafiosa y la búsqueda de los sectores populares y democráticos de un cambio. Su gobierno fue la suma de los impedimentos y de los errores, enfrentado a un poder conservador que no permite ningún atisbo de renovación así la mitad de Perú los desee.
La Embajada de Estados Unidos, en estos momentos representada por una agente de la CIA apoyó el Golpe de Estado del 7 de diciembre. Es que los intereses geopolíticos gringos, las inversiones económicas de las transnacionales en el sector minero y el narcotráfico son poderosos. La presencia militar estadounidense en Perú es permanente a nivel de entrenamientos, intercambio, operaciones y maniobras conjuntas y mantiene con el Estado peruano unos acuerdos de utilización de su territorio en caso de necesidad bélica. Hay 10 Bases Militares que tienen esta capacidad. La DEA, fuerzas especiales y enlaces del Comando Sur permanecen en ese país, con la cortina de la lucha contra el narcotráfico, acciones humanitarias, investigaciones médicas y asesorías a las fuerzas militares.
Objetivos políticos de la rebeldía popular
La respuesta del pueblo peruano a esta injusticia y burla contra su voluntad democrática, es la permanente movilización y lucha, con las banderas del llamado a una Asamblea Constituyente, con la previa destitución del Congreso y la libertad del Presidente Castillo. Este régimen cada vez representa menos los intereses nacionales del Perú. Y cada vez son más los peruanos que luchan por transformar su democracia.
Perú es un país de más de 35 millones de habitantes donde casi la tercera parte vive en Lima. Hay 25 regiones y de ellas 17 están participando de una u otra manera en la movilización contra el golpe de Estado, de forma ininterrumpida, desde el 7 de diciembre mismo. Los pobladores y comerciantes, los mineros y estudiantes, los transportistas y los campesinos de la Sierra, han unido su acción y para este fin de enero había según los reportes más de 200 bloqueos a diferentes vías y establecimientos. La Toma de Lima es uno de sus objetivos.
Los pobladores de Nuestramérica estamos luchando por los mismos objetivos: ser dueños de nuestro destino en una democracia con justicia social. Perú está envuelto en una confrontación que aún no se desarrolla, que permanece abierta en los territorios y en la lucha política. Su desenlace no está claro, y la oligarquía gobernante está convencida que a la fuerza y con represión va aplacar este imparable proceso democratizador que impulsa el pueblo peruano en las calles.
El pueblo peruano está creando en medio de la confrontación las formas y caminos necesarios para transformar al rico país donde viven en una Patria para todos.